5. ISLA DE SKYE
20:50
Skye, donde las Highlands se asoman al Atlántico, es una isla especialmente espectacular. La llamada «isla de la bruma» encarna paisajes de verdes colinas, azules rías, lagos marinos y una sucesión de hermosos acantilados y bahías.
ISLA DE SKYE
Atravesamos el puente de Kyle of Loach que conecta con Skye, una isla formada por pequeñas penínsulas que se adentran en el Atlántico y que desprende belleza por los cuatro costados.
Allí la mayor parte de las carreteras que llevan a los puntos más interesante, son estrechas y con un solo carril para ambos sentidos pero, cada pocos metros, hay un "passing place , una zona ensanchada, en la que no se puede estacionar, para dejar pasar dos coches.
Nos introducimos a la isla por una carretera que circula en paralelo a la costa norte y, ya de entrada, nos sorprende las algas que va depositando la marea baja y que transforman el paisaje con bellos matices de colores ocres, rojizos, verdes y grisáceos. Una belleza que nos incita a detener el coche y disfrutarlas de cerca.
PORTREE
Para las tres noches (dos días) que pasaríamos en la isla, reservamos alojamiento en Portree, la capital de la isla. Un pintoresco pueblo, de unos 2.500 habitantes, donde se respira la más pura esencia escocesa. Las pequeñas casas de colores, la mayoría convertidas actualmente en hoteles y restaurantes, eran las antiguas viviendas de los pescadores.
En el pequeño puerto pesquero, algunas barcas anunciaban excursiones para avistamiento de leones marinos, aves y delfines, además de recalar en las cercanas islas de Raasay y Rona.
La casa que habíamos reservado nos enamoró de entrada. Recién estrenada, cómoda y decorada con gusto. Hasta sabía mal entrar con los zapatos mojados. Se encontraba muy cerca del centro y era un buen punto de partida para organizar las visitas por la isla. Fue, sin duda, el mejor alojamiento de todo el viaje.
En un supermercado cercano decidimos hacer compras y montarnos los desayunos y las cenas. Antonio, que disfruta en la cocina, una de las noches nos preparó un excelente arroz con verduras. La verdad que era un lujo llegar de las excursiones, sin horario (allí, donde los restaurantes cierran a las 21h y había que reservar con antelación) y cenar con el pijama puesto.
En las Highland es fácil ver a los hombres vestidos tradicionalmente.
Peninsula de Trotternish
Portree está situada en la península Trotternish, en la parte más al Norte de la isla y es un buen punto de partida para recorrerla. Cerca de allí, se encuentra el paisaje más salvaje, con altos acantilados, mesetas escondidas, pináculos de roca, a los que se accede con facilidad.
A pesar de que el día que llegamos, el tiempo no acompañaba, nos pusimos en marcha hacia el Norte, por la carretera principal, en dirección a Staffin y, a tan sólo 10 min de Portree, vimos el acceso a "Old Man of Storr" una de las rutas de senderismo más famosas de la isla
Old Man of Storr es un gran pináculo de roca que se alza a una altura de 719 metros, en la zona montañosa The Quiraing y que, en condiciones normales, dicen que puede verse a km de distancia pero, cuando nosotros llegamos, estaba cubierto por la niebla. Aún así, decidimos emprender la marcha con la esperanza de que el tiempo mejorara. Fue un error.
Desde el estacionamiento se inicia la ruta por un sendero de ida y vuelta que, aunque asequible, es en pendiente.
Llegamos empapados. Afortunadamente la casa tenía una sala con lavadora, secadora y radiadores y al día siguiente pudimos continuar con el equipo renovado.
Kit Rock o Mealt Falls
Aquí se encuentra Mealt Falls, una de las imágenes mas famosas de la isla de Skye. El lago Mealt se desborda en una cascada que se precipita al mar a más de 50 metros, por los acantilados de Kit Rock, formados por columnas de basalto.
Una imagen maravillosa que anhelaba ver desde el inicio del viaje y que no me defraudó.
Siguiendo el circuito se puede llegar al nacimiento de unas cascadas que atraviesan la carretera.
Fairy Glen, el escondite de las hadas
Saliendo de la A87, a la altura de Uig hotel, de repente el paisaje cambia y accedemos a un lugar con un encanto especial, que nos da la sensación de entrar en otro lugar del mundo.
Península Waternish
Aunque está prohibido fotografiar, yo no siempre puedo resistirme a tirar alguna de recuerdo.
Un magnífico jardín, cuidado con esmero, donde se puede disfrutar de una gran variedad de especies vegetales.
Coral Beach
Las vistas desde el sendero son espectaculares.
Desde los acantilados tenemos una buena visión de las aves que anidan en los orificios de las rocas.
Desde los acantilados el camino continúa hasta un peñasco donde está situado el faro y desde donde se pueden ver las islas Hebridas y con un poco de suerte, dicen que delfines y ballenas.
La lluvia, el viento y el frío nos acompañó durante todo el trayecto y cuando llegamos arriba la niebla cubría todo el pináculo. Estábamos al lado Old Man of Storr ¡y apenas lo podíamos ver! ¡Qué pena!.
Cuando descendíamos de vuelta por el mismo sendero, la niebla se fue abriendo un poco y desde la altura nos dejaba ver las vistas impresionantes de las islas Raasay y Rona.
Kit Rock o Mealt Falls
El tiempo no continuaba espléndido pero como la lluvia era cada vez más débil, decidimos continuar un poco más hacia el norte.
Pocas millas más adelante, se extiende la franja costera con los espectaculares acantilados de Kit Rock, cuyo nombre se inspira en las líneas y cuadros horizontales formados por los estratos de basalto, tan similares al estampado del kilt, la típica falda escocesa. Se accede a ellos fácilmente, desde un mirador vallado junto a la carretera, que está bastante frecuentado por turistas.
Aquí se encuentra Mealt Falls, una de las imágenes mas famosas de la isla de Skye. El lago Mealt se desborda en una cascada que se precipita al mar a más de 50 metros, por los acantilados de Kit Rock, formados por columnas de basalto.
Una imagen maravillosa que anhelaba ver desde el inicio del viaje y que no me defraudó.
Siguiendo el circuito se puede llegar al nacimiento de unas cascadas que atraviesan la carretera.
Más al Norte, la carretera nos lleva a uno de los paisajes más bonitos y extraños de la isla.
Fairy Glen, el escondite de las hadas
Saliendo de la A87, a la altura de Uig hotel, de repente el paisaje cambia y accedemos a un lugar con un encanto especial, que nos da la sensación de entrar en otro lugar del mundo.
El camino serpentea alrededor de pequeñas montículos verdes en miniatura, un pequeño paraje de ensueño que parece un escenario de cuento de hadas.
Skye tiene una larga historia que involucra a las hadas, la mayoría de las cuales están relacionadas con el Castillo Dunvegan y su "Bandera de Hadas". Fairy Glen no tiene leyendas o historias reales que las relacione y su sobrenombre le viene dado por la apariencia fantástica del lugar.
Por los pequeños montículos verdes, las ovejas pastan tranquilamente.
De entre todos los montículos sobresale uno que todavía tiene su cubierta de basalto intacta. Desde la distancia parece una ruina y le llaman el Castillo Ewan.
Es posible subir a la cima del llamado Castillo Ewan, por un espacio muy estrecho y de difícil acceso pero tiene unas vistas maravillosas. Antonio es el único de nosotros que se atreve y baja entusiasmado
Al pie del castillo nos llamaron la atención unas espirales en el suelo, que denominan " círculos de hadas". Son modas de los últimos años, que realizan algunos visitantes, alentando algunos rituales que implican caminar por las ellas y dejar una moneda en el centro como una ofrenda a las hadas para la buena suerte. A los lugareños no les gusta y las van eliminando, en un intento por mantener el Glen en su estado natural.
Península Waternish
En el noroeste de la isla se encuentra la Península Waternish. Está situada entre dos lagos, Loch Dunvegan y Loch Snizort y tiene aproximadamente 12 km (7,5 millas) de largo. Desde Portree nos desplazamos allí para realizar tres excursiones: Dunvengan castle, la Coral Beach y Nest Point.
Dunvengan castle
Es la residencia del clan MacLeod, desde hace 700 años, por lo que se considera como el castillo habitado más antiguo de toda Escocia y el más interesante de la isla. Fue construido en el siglo XIII, sin embargo, a lo largo de su historia ha sufrido diversas remodelaciones, remontándose la estructura actual al siglo XIX.
Se encuentra ubicado sobre una pequeña colina, a orillas de un precioso lago que le añade un toque legendario y misterioso al lugar.
Tras sus muros encontramos un auténtico museo, una exposición de pinturas, antiguos objetos directamente relacionados con la historia del castillo y del propio clan, así como antiguas reliquias, entre las que destaca la misteriosa Fairy Flag "‘Bandera de las Hadas", a la que la leyenda atribuye poderes para derrotar al enemigo.
Se pueden visitar varias estancias, salvo las que actualmente siguen viviendo los miembros del histórico clan MacLeod.
Aunque está prohibido fotografiar, yo no siempre puedo resistirme a tirar alguna de recuerdo.
El castillo está rodeado de magníficos jardines que se construyeron en el siglo XVIII, a partir de un pequeño bosque autóctono y aunque durante el tiempo pasaron por épocas de abandono y otras de esplendor, hoy son uno de sus mayores atractivos.
Nos entretuvimos un buen rato en un agradable paseo, disfrutando de una gran variedad de flores, árboles, plantas y rincones embellecidos con cascadas, estanques y puentes que le ampliaban el encanto.
Nos entretuvimos un buen rato en un agradable paseo, disfrutando de una gran variedad de flores, árboles, plantas y rincones embellecidos con cascadas, estanques y puentes que le ampliaban el encanto.
Para quien le interese, desde el lago parten excursiones en barco para ver una colonia de leones marinos que se encuentra en las cercanías.
Un magnífico jardín, cuidado con esmero, donde se puede disfrutar de una gran variedad de especies vegetales.
Coral Beach
Desde el castillo de Dunvegan parten varias rutas de interesantes de la zona.
A unos diez minutos en coche, por una carretera muy estrecha y de un solo carril, en dirección al pueblo de Claigan, se llega a un pequeño parking. Desde allí continuamos andando hasta Coral Beach, una playa que tiene la peculiaridad de que su arena es de coral blanco triturado, lo que hace que el agua se vea azul tropical cuando sale el sol. Un lugar verdaderamente mágico, perfecto para una pequeña y agradable caminata, de alrededor de 3,6 km, que nos llevó unos 45 minutos en ir y volver .
Seguimos por la Península Waternish, en dirección a Glendale. En la punta más occidental de la isla se encuentra el más famoso de los faros escoceses: el Neist Point (de 1909). La carretera que conduce hasta él bordea la costa norte, con un solo carril, atravesando un precioso valle hasta llegar a una zona habilitada para dejar el coche.
Después de un primer tramo de escaleras continuamos por un sendero que continúa descendiendo con impresionantes vistas de los altos acantilados, hasta llegar al faro donde la vista se hace aún más espectacular.
Las vistas desde el sendero son espectaculares.
Desde los acantilados tenemos una buena visión de las aves que anidan en los orificios de las rocas.
La excursión es muy bonita, y vale la pena la caminata. Se regresa por el mismo camino.
Península Minginlish
Las tres noches, con los dos días completos que pasamos en la isla de Skye resultaron muy justos para visitarla . Por falta de tiempo, nos accedimos a la península de Minginlish, en la que se localizan varias cosas de interés:
-Las Fairy Pools (unas piscinas y cascadas que se forman e el rio Brittle), la Destileria Talisker, (a mas antigua de la isla) y The Cuillin (zona paisajística con las montañas negras).
Pero volvimos de la isla tan maravillados que es una buena excusa para regresar.
Pero volvimos de la isla tan maravillados que es una buena excusa para regresar.
0 comentarios