4. AUSCHWITZ - BIRKENAU (POLONIA)

15:00


Una visita dura que todos deberíamos realizar alguna vez porque " Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". George Santayana.













ZATOR: PARQUE DE ATRACCIONES DE ENERGYLANDIA.

A Auschwitz nos desplazamos con coche , aunque se puede llegar fácilmente con transporte público (tren, autobus, de 2 a 3,5€). De camino pasamos por el pueblo de Zator, donde están ampliando un parque temático, que dicen será el más grande Europa, con  impresionantes atracciones para altas dosis de adrenalina, una piscina de 1800m2 y  espectáculos.

Un lugar ideal para pasar el día niños, jóvenes y no tan jóvenes.





AUSCHWITZ I


Pocos kilómetros después de encuentra Auschwitz y Bikernau, el mayor campo de concentración de los establecidos durante el régimen nazi, uno de de los lugares de mayor simbolismo del Holocausto, que la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad, en 1979.

La visita se completa en dos campos: Auschwitz I y Bikernau. Hay parkings en ambos campos y un servicio de buses gratuito entre los dos, que tardan 10 o 15 minutos en recorrer la distancia de 3km que les separa. Salen cada 15 minutos en temporada alta y cada 30 en temporada baja.

En Auschwitz I, la entrada libre no está permitida del 1 de abril al 31 de octubre, entre las 10:00h y las 15:00h y hay que acceder a un grupo con guía. La entrada vale 50 zloty (10€) y es aconsejable reservarla con antelación. Puedes hacerla a la siguiente dirección:


La visita con guía es de aproximadamente 3h 30′, incluyendo ambos campos y verdaderamente, vale la pena. Se establecen horarios para los diferentes idiomas.

En Auschwitz I, se puede entrar gratuitamente antes de las 10h o después de las 15h. y luego enlazar con Bikernau en los buses que unen ambos campos.

La entrada a Bikernau es completamente abierta y sin ningún tipo de control en el acceso. 

Los horarios son: De 7:30 h a 17:00h de Marzo a Octubre.


Su visita puede resultar dura pero los supervivientes de Auschwitz quieren que los turistas vayan para apreciar la magnitud y monstruosidad de lo que allí aconteció, con la esperanza de que el holocausto jamás caiga en el olvido.

Lo primero que vemos al ingresar en el campo es el gran cartel con el que se recibía a los prisioneros y que  rezaba "Arbeit macht frei " (El trabajo te hace libre),  un cruel y cínico embuste porque, una vez dentro, los reclusos trabajaban hasta morir o eran ejecutados. 




Desde su apertura el 20 de mayo de 1940 hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por el ejército soviético, se calcula que fueron enviadas cerca de un millón trescientas mil personas, de las cuales murieron un millón cien mil, la gran mayoría de ellas judías (el 90 %, aproximadamente un millón), aunque también habían polacos, gitanos, prisioneros de guerra, disidentes del régimen, etc

En un mapa del museo se muestra las diferentes nacionalidades de los presos que fueron deportados a Auschwitz.


Los recién llegados se dividían en dos categorías unos eran enviados directamente a las cámaras de gas y otros, los que podían trabajar, vivían un poco más. 

Las paredes están cubiertas de fotografías de víctimas, cada una con su fecha de llegada y su fecha de muerte.


Entre ellas, algún español:


El complejo comprendía 28 edificios de ladrillo de dos plantas, así como otros edificios adyacentes de madera. Dos alambradas de espino con corriente de alta tensión cercaban la totalidad de la superficie.



Además de los barracones en los que se hacinaban los prisioneros, el campo estaba dividido en diferentes bloques entre los que destacaba el número 11, conocido como "el bloque de la muerte". Era el lugar en el que se aplicaban los castigos, consistentes en encierros en celdas minúsculas en las que se dejaba a los prisioneros morir de hambre, o bien eran ejecutados o colgados.








En cada edificio se hacinaban más de 1000 personas, cada una con su número identificativo tatuado y eran continuas las muertes por enfermedades, inanición, frío, fatigas agotadoras, escorbuto, disentería, traumas e infecciones.


En uno de los edificios se practicaba con crueldad experimentos pseudomédicos: Esterilización con preparados químicos, inseminación artificial de las mujeres, castración de los hombres, experimentación con gemelos, investigación racial en gitanos y enanos, ...



En algunos de los bloques se pueden ver exposiciones en las que se muestran las condiciones en las que malvivían los prisioneros, además de una pequeña parte de la inmensa colección de los objetos que fueron robados a los prisioneros antes de asesinarlos: Botas, maletas, gafas, ollas…incluso pelo, que era vendido para la fabricación de telas que en ocasiones los nazis llevaban en sus abrigos.

Afirman que en 1943 dos vagones de tren cargados de pelo llegaron a la fábrica de Kietrz y los posteriores análisis revelaron que se trataba de pelo humano con restos de Zyklon B, el veneno empleado en las cámaras de gas de Auschwitz.







En Auschwitz se instaló la primera cámara de gas, la cual comenzó a operar el día 15 de agosto de 1940. 

Los nazis fingían que eran duchas y la gente convencida de que volvería recibía ganchos para que colgaran su ropa antes de entrar. Los reclusos se agolpaban en la sala, que tenían unas aberturas superiores por donde se gaseaban, en general, a más de 4.000 personas al día.



La S.S. se sirvió del ácido cianhídrico “Zyklon B”, el cual, en un espacio herméticamente cerrado, se evaporaba a la temperatura del cuerpo, provocando en muy poco tiempo la muerte por asfixia.

Los cuerpos eran llevados a unos crematorios y las cenizas de los muertos servían de abono para los campos, para el drenaje de pantanos, o simplemente eran vertidas en los ríos o estanques de las cercanías.




BIRKENAU (AUSCHWITZ II)

Este campo, se construyó con trabajo forzado de los prisioneros. Era mucho más extenso que el de Auschwitz I y comprendía 250 barracones de madera y de piedra. El número más elevado de presos en Birkenau ascendió en 1943 a aproximadamente 100.000 personas. 

Birkenau desde un principio estaba pensado como campo de exterminio. Allí también se encontraba “la rampa”, junto a la linea del tren, en la que se llevaba a cabo la selección de los recién llegados tan pronto como bajaban de los vagones en que venían apretujados como ganado.



Los recién llegados se dividían en dos categorías unos eran enviados directamente a las cámaras de gas y otros los que podían trabajar vivían al menos un poco más.



















En Birkenau se encontraban los crematorios terminados entre el 22 de marzo y el 25 de junio de 1943, cada uno de ellos equipado con una cámara de gas, y donde, según los informes de las S.S., podían ser quemados 4.756 cadáveres diarios. Estos crematorios fueron destruidos por las S.S. antes de huir en 1944.



ç


En el campo estaba prohibido beber agua, puesto que estaba contaminada. Sin embargo la bebían debido a la escasez de agua potable.

Primo Levi, uno de los veinte supervivientes del campo, que fue deportado a Auschwitz diez meses antes de que el campo fuera liberado, relata :

"Esto es el infierno. Hoy, en nuestro tiempo, el infierno debe ser así, una sala grande y vacía, y nosotros cansados teniendo que estar de pie, y hay un grifo que gotea y el agua no se puede beber, y esperamos algo realmente terrible y no sucede nada y sigue sin suceder nada., ..." Primo Levi "Si esto es un hombre".

Su testimonio, compuesto entre diciembre de 1945 y enero de 1947, es uno de los más rigurosos y la obra de referencia que marca el inicio de una riada de textos elaborados por los supervivientes, intentando explicar lo sucedido o, simplemente, relatar lo vivido.

Levi, en "Si esto es un hombre" formula un nuevo imperativo moral: que Auschwitz no se repita, que las políticas de exterminio no reaparezcan en la historia y, básicamente, no se niegue la humanidad del otro, en particular cuando opone resistencia a nuestra visión del mundo, esbozando puntos de vista alternativos.

Desgraciadamente, la historia se repite continuamente, los fanatismos de todo tipo arrastran y hacen olvidar y "Aquellos que no recuerdan el pasado están condenados a repetirlo". George Santayana.



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