9.GRECIA: MYKONOS
21:13
En Mikonos visitamos el casco antiguo de Chora, la capital, con las típicas callejuelas, la Pequeña Venecia, los molinos,... y, para recorrer la isla, alquilamos un coche y fuimos a algunas de las mejores playas.
ARCHIPIÉLAGO DE LAS CÍCLADAS
Después de recorrer una parte de Grecia peninsular y Peloponeso, decidimos prolongar nuestro viaje por el archipiélago de las Cícladas, que están formadas por 24 islas principales. Nos decidimos por Mykonos, Delos, Folegandros y Santorini. La mayoría muy turísticas pero dignas de conocer.
Unos días antes, adquirimos los billetes de ferrys online, con la siguiente compañía: ttps://www.go-ferry.com, que cobra comisión.
Cabe la posibilidad, y también puede ser buena opción, de hacer un crucero desde Atenas pero, eso, lo dejamos para otra ocasión.
Para llegar al puerto de Pireo solicitamos un taxi, que nos llevó en 20 min, desde Plaka, y nos cobró 15€(también hay la opción de ir en metro o bus).
El ferry, de la compañía Hellenic Seaways, tenía la salida a las 7:35h pero antes de zarpar teníamos que recoger nuestros billetes por la oficina y nos dimos cuenta que al sacarlas online habían cobrado una comisión, por lo que dependiendo de la temporada vale la pena comprarlas directamente allí. (Nos habían costado 97,30€ y marcaban 70€, los dos)
La primera parada que hizo el ferry fue en la isla de Silos. No dio tiempo a bajar pero desde el ferry parecía muy bonita.
MIKONOS
A las 11:55 llegábamos a Mikonos. Habíamos reservado alojamiento, por tres noches, en el Hotel Charissi (teléfono: +302289024162), cerca del centro de Chora, la capital. Nos vinieron a recoger y nos llevaron de vuelta gratis. Se trata de un negocio familiar, con gente encantadora y atenta. La habitación amplia y los desayunos muy completos. Estuvimos muy bien y lo recomendamos. Dimitra, la joven propietaria, habla español, nos dio un mapa e información de todo y quedamos encantados.
Mikonos es la más cosmopolita y turística de todas las islas griegas. Posee una población pequeña (unos 10.000 habitantes) y los turistas muchas veces superan a los autóctonos. Es conocida como la Ibiza del mar Egeo por su ambiente de fiesta que a pie de playa dura toda la noche y es también considerada como uno de los “paraísos gays” del Mediterráneo.
La isla se divide en dos municipios: Chora ( la capital) y Ano Mera.
Estuvimos dos días y medio, que consideramos más que suficientes para conocer la isla y lo que más nos gustó fue el casco antiguo de Chora, con las típicas callejuelas, la Pequeña Venecia y los molinos. Para recorrer la isla, que no es muy grande, alquilamos un coche y fuimos a las mejores playas. También hicimos una excursión de medio día a la cercana isla de Delos, cuna del dios Apolo, un inmenso recinto arqueológico, muy interesante.
MIKONOS/CHORA
Chora, la capital, posee un casco antiguo tan atractivo como multitudinario. El primer día que llegamos paseamos con tranquilidad por las típicas calles; al día siguiente, el ambiente cambió por completo con la llegada de varios cruceros y, al ser las callejuelas tan estrechas, apenas se podía andar y llegando a ser agobiante. No obstante, es un lugar único, que vale la pena conocer al menos una vez.
Luego nos introducimos por las típicas callejuelas, con casas encaladas, de estilo ciclático, adornadas con puertas, ventanas y balcones de madera pintados de vivos colores, y plantas y arbustos que salen de todas partes. Un lugar bello y pintoresco. Entre las calles angostas y laberínticas se sitúan todo tipo de tiendas, que venden desde producto propios, a recuerdos, moda, arte. También hay cafeterías y restaurantes encuadrados en rincones encantadores.
En esta zona no se permite el ingreso de automóviles, por lo que es muy agradable pasear cuando no hay aglomeración de turistas.
Entre las casas se encuentran pequeñas iglesias que los lugareños se ocupan de conservar y encalar, al igual que sus casas.
Uno de los barrios más pintorescos de Chora es la famosa Pequeña Venecia, un conjunto de casas construidas al lado del mar, como en Venecia y de ahí su nombre, con sus balcones de madera y la ventaja de ser azotadas por una olas poco violentas, incluso en invierno. Fueron construidas en el siglo XVIII , cuando del auge del comercio marítimo surgió la clase burguesa y, es aquí, donde vivían en tiempos recientes, unos cuantos capitanes de mostacho blanco y camisa azul.
Un lugar privilegiado para hacer descanso, en una de las terrazas que permiten disfrutar de las magníficas puestas de sol.
Al lado, los emblemáticos molinos coronan la suave colinas de Mikonos, pintados de riguroso blanco como todas las construcciones. En la actualidad no están en funcionamiento pero el símbolo de la isla y un reclamo turístico.
Cuando el sol se retira y proyecta su luz más hermosa, crea el mayor de los espectáculos.
Otro buen lugar para disfrutar de las puestas de sol.
Pero si hay un rincón que me tiene enamorada, es este pequeño callejón con salida al mar, situado al principio de la Pequeña Venecia. ¿Dónde mejor para disfrutar de un buen café?.
Cerca se encuentra la iglesia Panagia Paraportiani, una de las más antiguas de la isla. Su arquitectura simple de líneas y curvas, típica de las Cícladas y el blanco que destaca recortando el cielo azul, la convierten en un monumento de lo más atractivo.
Se comenzó a construir en el año 1475 y se terminó en el siglo XVII. En realidad es un conjunto de cinco iglesias que se fueron construyendo poco a poco. Cuatro iglesias unidas (Agios Efstathios, Agios Anargyros, Agios Sozon y Agia Anastasia) conforman una base para una quinta que se encuentra encima de estas, en la parte central.
Si deseas visitarla por dentro, que dicen que vale mucho la pena, puedes probar suerte solicitándolo en la tienda Shop Ekati, situada en el número 15 de la estrecha calle comercial, donde una señora tiene la llave. A nosotros no nos pudo acompañar porque cuando pasamos era horario comercial y, como está sola, no podía cerrar la tienda.
También desde aquí es un buen punto para ver las puestas de sol.
Al lado de la iglesia Panagia Paraportiani, se encuentra el Museo Etnográfico, uno de los más interesantes de la isla. Está situado en una antigua mansión del puerto y allí se exponen instrumentos musicales, muebles, tejidos, bordados, muchas piezas antiguas de Mykonos y el primer pelícano Petros disecado, mascota de la isla, quien habitó en Mikonos y fue cuidado por sus habitantes hasta su muerte.
También se pueden ver algunos de los diseños de Sofia´s Thanopoulou, conocida con el pseudónimo artístico de Maroulina, artista autodidacta, que en sus creaciones combinaba materiales nobles y pobres (conchas, perlas, coral, piedras preciosas y semipreciosas, plata y oro), que constituyeron un hito en la historia de la joya griega. Entre su clientela habitual se contaban muchos famosos artistas griegos y extranjeros.
(De lunes a sábados, de 8:00 a 19:00. La entrada es libre)
Paseando por la calle Enoplon Dinameon vimos anunciada la casa de Lena´s House, una residencia del siglo XIX, que lleva el nombre de su última residente, Lena Skrivanou, que murió en 1968, cuyos herederos lo donaron al Museo de Folklore de Miconos en 1970, y la casa se abrió al público en 1972.
Esta encantadora casa es un interesante paso atrás en la rica historia social de la isla. Se puede ver varias estancias con los muebles, impresiones, bordados, espejos y las placas decorativas, de la época y, en una vitrina el traje de mujer de Mykonos del siglo XVIII.
Abierta todos los días, de 18:30 a 21:30h . Entrada 2€.
PLAYAS
Uno de los días alquilamos un coche para recorrer la isla y algunas de sus playas, uno de los mayores atractivos. Las hay tranquilas, otras donde practicar deporte y otras convertidas en pista de baile y fiesta que dura toda la noche.
La isla no es muy grande, por lo que puede recorrerse fácilmente en poco tiempo. Un coche básico nos salió por 30 euros + seguro.
Para el que no quiera conducir, también está la opción de los autobuses que llevan a la mayoría de los lugares de la isla. Hay dos estaciones importantes: la Estación Norte, que está al lado de la Oficina de Teléfonos; y la Estación Sur, en la plaza Fabrika. El trayecto cuesta unos 2 € y suelen salir cada media hora.
En primer lugar nos dirigimos a Panormo, situado al norte de la isla, donde se encuentran las playas más vírgenes y solitarias. Un lugar ideal si lo que se busca es tranquilidad y reposo, a unos tres cuartos de hora de Chora. Allí tomamos nuestro primer baño entre aguas cristalinas.
El paisaje de la isla es muy árido y típicamente cicládico. Las calas de la zona de Panormo son tranquilas y bellas, con aguas transparentes, ideales para darse un buen baño.
Un poco más tarde tomamos la carretera que ascendía hacia Agios Sostis y disfrutamos de unas espectaculares vistas del golfo de Panormos.
Tomando dirección a Ano Mera, nos dirigimos a la playa Kalo Livaldi (a 10 km de Chora, al este de la isla), una de las playas más largas de Mykonos, con arena blanca y aguas de un azul turquesa intenso. Posee chiringuitos con hamacas que pueden alquilarse, y sonaba música chill-out.
De Kalo Livaldi pasamos por la playa de Kalafitis (a 12 km de Chora), donde muchos van practicar deportes acuáticos, como el buceo o el snorkel, ya que los vientos soplan fuertes en esta playa.
En la carretera de Kalafitis nos desviamos a un chiringuito de pescadores que estaba anunciado. Se llama Fish Tabern, una barca de pescadores acaba de llegar y en una cuerda habían unos pulpos tendido al sol.
Nos pareció un lugar tranquilo, no muy turístico y decidimos quedarnos.
Por dentro el local era muy alegre y colorido pero, como hacía muy buen día, decidimos comer fuera, al lado del mar.
Pedimos un tzatziki, plato típico griego, cuyos principales ingredientes son el pepino, el yogur , mezclados con unas hierbas, ajo y aliñado con aceite y unas gotas de limón. Un pescado muy fresco a la brasa y pulpo. Cerveza y café. Estaba todo muy bueno. Nos costó alrededor de 60 €. Mikonos es de las islas más caras.
Para reposar un poco la comida, fuimos a Beach Paradis y nos tumbamos en unas tumbonas (siete euros por tumbona).
Beach Paradis es una de las playas más famosas, junto con la de Super Paradise Beach. A partir de las 5 de la tarde se convierte en una discoteca al aire libre a partir de las 5 de la tarde, y está llena de bares de copas y tumbonas. Por las noches es como una gran discoteca y la gente sale a bailar a la playa, encima de las mesas.
Mikonos se ha consolidado como una de las “capitales” de la marcha isleña (y como una de las más caras)
Por la noche, regresamos a Chora, y tuvimos una gran sorpresa. el pelícano Petros, la mascota de la isla, y apareció moviéndose por sus calles.
Hace ya mucho tiempo que un buen día, un marinero regreso de un largo viaje llevando consigo en su equipaje un pelícano recogido en un puerto africano. Todo el mundo se preguntó si aquel extraño animal conseguía sobrevivir en el Egeo. Pero muy pronto el pelícano se convirtió en la mascota de la isla. Un día, voló hacia una isla vecina, los mikotas amenazaron con desembarcar a la fuerza si no les devolvían a su querido Petros.
Cuando Petros murió trajeron otro que es mimado por todos, está en cualquier rincón sin que nadie le moleste y aparece cuando quiere. Afortunadamente, apareció en el último momento y pudimos despedirnos.
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