6. GRECIA: EPIDAURO / CANAL DE CORINTO
10:20
En nuestro último día por el Peloponeso, visitamos la zona arqueológica de Epidauro, famosa por su grandioso teatro y el santuario de Asclepios. Luego, en dirección a Atenas, hacemos una parada en el antiguo Canal de Corinto, que une el Peloponeso con Grecia continental.
Jueves, 14 de julio
Sería el último día que pasaríamos en la Península del Peloponeso, y no queríamos marchar sin conocer el gran teatro de Epidauro, situado a 26 km y en ruta hacia Atenas.
EPIDAURO (De 8:00–20:00h)
En Epidauro se localiza el antiguo santuario dedicado a Asclepio, el dios de la medicina, al que acudía mucha gente en busca de curaciones milagrosas y al que Zeus deificó después de muerto por haber resucitado a un paciente.
Además del yacimiento arqueológico, en el que todavía se están realizando excavaciones, lo más destacado es su teatro, por donde iniciamos la visita.
El teatro de Epidauro fue construido en el siglo IV a. C. para acoger las Asclepeia, concurso en honor del dios médico Asclepio, siguiendo el modelo de numerosos teatros griegos y aplicando reglas matemáticas para lograr una acústica perfecta.
Es realmente colosal y está muy bien conservado. Tiene un escenario circular de 20 metros de diámetro, cuenta con 55 filas de asientos y pueda acomodar hasta 14.000 personas. Las primeras 34 filas son las originales, encontradas a finales del siglo XIX durante unas excavaciones.
El teatro también destaca por su extraordinaria acústica. Se puede hacer la prueba hablando o dejando caer una moneda desde el centro del escenario y el sonido se escucha perfectamente en cualquiera de los asientos.
Subimos hasta las filas más altas para tener una magnífica panorámica y contemplar el entorno, que es precioso.
Por su buen estado de conservación y a su increíble acústica, el teatro sigue siendo utilizado durante el Festival de Verano de Atenas
A continuación fuimos al recinto del Santuario de Asclepios, un emplazamiento que empezó siendo un conjunto de templos dedicado al dios de la medicina y la curación, pero después se transformó en una especie de gran hospital, al que acudía gente de toda Grecia en peregrinación, para su curación.
Desgraciadamente y tras el paso de casi 2000 años, lo que queda del conjunto arqueológico está en un estado muy ruinoso y en algunas zonas no se podía entrar porque se siguen realizando excavaciones .
Sin entretenernos mucho, dimos un breve rodeo y apenas hicimos fotos. El sol caía con fuerza y apenas había alguna sombra .
En el centro médico se prescribían baños, había gimnasio, una enorme biblioteca, el gran teatro para el entretenimiento y hasta un estadio (siglo V a.C.) que conserva sus gradas de piedra e incluso la linea de salida. Se utilizaba para el festival en honor a Asclepio y se celebraban los juegos cada cuatro años.
Finalmente visitamos al Museo Arqueológico de Epidauro, que se encuentra en el recinto, un pequeño museo que contiene diversas estatuas y diferentes restos arqueológicos que han sido hallados en las inmediaciones.
De Epidauro tomamos rumbo a Atenas, situada a 127,8 km. Como nos venía de camino, decidimos desviarnos un poquito para ver el Canal de Corinto.
CANAL DE CORINTO
En la autopista, en dirección a Atenas, tomamos la salida de Loutraki. A pocos kilómetros, la carretera atraviesa el canal mediante un puente con una pasarela peatonal desde donde se puede contemplar con tranquilidad.
El Canal de Corinto, que comunica los mares Egeo y Jónico, es un lugar estratégico, fuente de disputas entre los grandes imperios de la Antigüedad. Algo lógico si tenemos en cuenta que desde aquí se regulaba el tráfico entre África y el Peloponeso, y entre los dos mares citados.
Aunque no se construyó hasta finales del siglo XIX (entre 1881 y 1893), bajo los proyectos de Ferdinand de Lesseps, se dice que la idea de crear un canal para ahorrar tiempo y combustible surgió del emperador romano Nerón en el siglo VII a. C., cuando el cabo Matapán era uno de los más temidos por los marinos en la antigüedad.
Mide algo 6,3 kilómetros de largo y evita a los barcos dar un rodeo de 400 kilómetros alrededor de la península del Peloponeso, pero sólo puede ser utilizado por embarcaciones pequeñas, ya que mide 21 metros de ancho y su calado es de 8 metros de profundidad.
Aparcamos en una zona justo al lado del puente y nos dirigimos a uno de los laterales para ver un extremo del canal, luego cambiamos de lado para ver el otro. De vez en cuando, pasaban algunas naves.
Para los más valientes y atrevidos, se puede hacer "puenting" desde un lateral del puente, por unos 60€. Nosotros nos conformamos con ver pasar los barcos.
Continuamos hacia Atenas. Llegamos alrededor de las 14h, devolvimos el coche de alquiler y tomamos el metro en dirección centro. Nuestro hotel estaba situado en el barrio de Plaka, una excelente ubicación que nos permitió llegar andandando a todos los sitios de interés.
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Continuación:
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