TEMPLO DE LA SAGRADA FAMILIA

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Barcelona, febrero 2014

Viviendo en Barcelona, y fascinada por el modernismo que envuelve esta ciudad, no podía dejar de incluir en mi blog una entrada al  maravilloso templo de la Sagrada Familia, máximo exponente de la arquitectura modernista  y uno de los mayores iconos de la Ciudad Condal.

La construcción comenzó en 1882 con un estilo neogótico. Un año después el proyecto fue puesto en manos de Gaudí
y, con tan sólo con  31 años lo replanteó por completo y le dedicó el resto de su vida, los últimos quince, en exclusiva.

Gaudí diseñó un templo excepcional e innovador que iba a estar compuesto por 18 torres, aunque finalmente sólo tuvo tiempo de crear una de ellas antes de su muerte (en 1926, atropellado por un tranvía). Del proyecto del edificio sólo se conservaban planos y un modelo en yeso porque, según su proceder habitual, iba improvisando la construcción a medida que avanzaba, a partir de bocetos generales del edificio.

La construcción ha tenido siempre un ritmo variable, condicionado totalmente  a los donativos de los fieles y está previsto que finalice en el 1928.

Fue un arquitecto con un sentido innato de la geometría y el volumen, así como una gran capacidad imaginativa que le permitía proyectar mentalmente la mayoría de sus obras antes de pasarlas a planos. De hecho, pocas veces realizaba planos detallados de sus obras; prefería recrearlos sobre maquetas tridimensionales, moldeando todos los detalles según los iba ideando mentalmente. En otras ocasiones, iba improvisando sobre la marcha, dando instrucciones a sus colaboradores sobre lo que tenían que hacer. 

 Maqueta en el museo del templo 
Una de sus ideas más innovadoras fue el diseño de las elevadas torres cónicas circulares que sobresalen apuntadas sobre los portales, estrechándose con la altura.  La solución la lleva  a cabo, de forma ingeniosa, fijando en el techo un tablero de madera en el que  dibuja la planta del edificio y de los puntos de sustentación -columnas e intersección de paredes- se cuelgan unos cordeles de los que, a su vez, se suspenden saquitos con peso que dan el resultado de la curva catenaria en arcos y bóvedas.

 



Proyectó un templo de gran verticalidad, para que fuese visible desde cualquier punto de Barcelona y destacase sobre el resto de edificios. Para ello dotó a la Sagrada Familia de 18 torres, 12 por los apóstoles, 4 de los evangelistas, y los cimborios de Jesús y la Virgen María. Tienen distinta altura, en sentido ascendente: Las torres del Nacimiento, 98 metros las exteriores y 107 las centrales; las de la Pasión, 107 metros las exteriores y 112 las centrales; las de la Gloria, 118 metros; la de la Virgen, 120 metros; las de los evangelistas, 125 metros; y la de Jesús, 170 metros. 

Pináculo de la fachada de la Pasión
 Dotado de una fuerte intuición y capacidad creativa, estudiaba hasta el más mínimo detalle de sus creaciones, integrando en la arquitectura toda una serie de trabajos artesanales que dominaba él mismo a la perfección: cerámica, vidriería, forja de hierro, carpintería, etc. Asimismo, introdujo nuevas técnicas en el tratamiento de los materiales, como su famoso “trencadís” hecho con piezas de cerámica de desecho Trencadí.

El templo de la Sagrada Familia consta de tres fachadas: Fachada de Nacimiento, Fachada de la Pasión y Fachada de la Gloria.


Esta imagen corresponde a la fachada del Nacimiento, dedicada al nacimiento de Cristo. Recargada y con una gran simbología religiosa y escultórica, está dividida en tres pórticos, dedicados a las virtudes teologales: de la Esperanza a la izquierda, de la Fe a la derecha, y de la Caridad en el centro, con la Puerta de Jesús y rematada por el Árbol de la Vida.
La fachada culmina con las tres torres campanario dedicadas a San Matías, San Judas, San Judas Tadeo, San Simón y San Bernabé.
Esta fachada  y la cripta, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en el año 2005. 
 
Pórtico de la Caridad




















Gárgolas, en forma de animales, por las que se escurre el agua de la lluvia que cae sobre las capillas. 

Gárgolas en forma de caracoles.



Escultura de San Bruno, monje alemán fundador de la orden religiosa contemplativa de los Cartujos, en el exterior del ábside. La presencia de San Bruno en la obra de Gaudí sirve para homenajear a una orden con 800 años de historia a sus espaldas, además de recordar su rico legado cultural y espiritual.

Y esta imagen corresponde a la Fachada de la Pasión.  En ella pretende reflejar el sufrimiento de Cristo durante la Crucifixión. Por ello la concibió más austera y simplificada que las otras, sin ornamentación, donde destacase la desnudez de la piedra.

Se empezó a construir en 1954 según los dibujos y explicaciones que había dejado Gaudí. Las torres se acabaron en 1976, y desde entonces se trabaja en la decoración escultórica, en la que han contribuído artistas como Josep Maria Subirachs.


Josep María Subirachs ideó un conjunto simple y esquemático del ciclo pasional de Jesús, con formas angulosas que provocan un mayor efecto dramático. Realizó su obra entre 1987 y 2009.
El gallo de San Pedro
Ecce Homo

Frente a las Puertas del Evangelio se sitúa la columna de La Flagelació - El juicio de Jesús.
Escultura de Poncio Pilatos.


En el interior del templo, de planta de cruz latina, Gaudí evolucionó de un primer proyecto gótico hacia un estilo personal, inspirado en las formas de la naturaleza: para librarse de los contrafuertes góticos, ideó el uso de columnas en forma de tronco de árbol, que convierte el interior de las naves del templo que semeja un bosque. 


El altar está proyectado con mucha austeridad, con una mesa única y un crucifijo encima.

El templo contiene un total de 36 columnas, que oscilan entre 11,10 y 22,20 metros de altura.

Un bosque de piedra, fantástico y maravilloso.



Gaudí realizó profundos estudios acústicos y lumínicos para conseguir una perfecta sonoridad e iluminación en el interior del templo. Asimismo, diseñó las lámparas, mobiliario y objetos litúrgicos de la Sagrada Familia: armarios de sacristía, bancos de los oficiantes, confesionarios, púlpitos, atriles, cirios pascuales, etc.




Numerosas vidrieras en sus ventanales, de las que destacan las elaboradas por el vidriero catalán Joan Vila i Grau, utilizando cristal de distintos colores para representar temas variados. 

Pilar conmemorativo de la primera piedra en la Sagrada Familia, con la corona papal, las llaves de San Pedro y la fecha de 1882.

El templo, consagrado y  declarado Basílica Menor el 7 de noviembre de 2010 por el papa Benedicto XVI, sigue con sus trabajos. En la actualidad, uno de sus principales objetivos es la construcción de la fachada principal de la Gloria, mucho más grande y monumental que el resto, que representará la muerte, el Juicio Final, la Gloria y el infierno. Consciente de que no iba a tener tiempo para construirla, Gaudí dejó hechos los bocetos para que sus sucesores pudieran finalizar el trabajo.
La fundación que dirige las obras de la Sagrada Familia ha realizado un vídeo que  permite ver cómo será el enorme edificio una vez que hayan terminado las obras, previsto para el 2028, si continúan al ritmo de los últimos años.  En el vídeo se aprecia cómo será la obra final, con la torre central de 172 metros acabada y la fachada principal, conocida como fachada de la Gloria, hecha realidad. Si quieres verlo ves al enlace: 
http://www.youtube.com/watch?v=RcDmloG3tXU

Se puede subir  a las torres para ver de cerca los detalles de la parte superior y las vistas de la ciudad. También hay un pequeño museo que explica las técnicas del maestro Gaudí para entender mejor las formas de su arquitectura. Y teniendo en cuenta que es el edificio más visitado de Cataluña, lo ideal para no hacer colas de espera, es coger las entradas a través de interned, 
http://www.sagradafamilia.cat/sf-cast/docs_serveis/infoTarifesInd.php 


IMÁGENES DE MI HISTORIA PARTICULAR:

Con mi papá (2007)

Con Gustavo y Cristina (2013)

Con Rafael(2014)
La Sagrada Familia es  un edificio espectacular e impresionante, tanto por  dentro como por fuera, que sólo un genio como Gaudí podía idear y llegar a materializar.
Cada cierto tiempo, me gusta acercarme a ver como las obras avanzan a paso lento y siento el orgullo  de vivir  en una  ciudad que va creciendo, con una obra de arte de tal magnitud.



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