4. ISLANDIA: SKATAFELL (Glaciares, cascadas e icebers)

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24 de julio 2013 
Desayunamos y nos ponemos en marcha. Retrocedemos hacia Skaftafell pero antes volvemos a parar en la laguna de Jökulsárlón y es que... ¡es difícil no detenerse ante tanta belleza!. 

Esta laguna existe desde 1934 y desde 1975 creció de 7,9 km² hasta los actuales 18 km², debido a la acelerada fusión de los glaciares islandeses. Actualmente está separada del mar por una corta distancia, que únicamente atraviesa la carretera principal,  pero el calentamiento atmosférico  afecta la velocidad de su desplazamiento y puede llegar a transformarse en un entrante de mar y separaría la isla.

Subimos a una pequeña colina desde donde tenemos una panorámica inmejorable.
Los icebers se deslizan suavemente por la laguna, algunos con su tonalidad azulada,  otros con vetas grises  de arena volcánica.
















Como nosotros, empiezan a llegar los primeros turistas.
 


El color azul intenso se debe a la alta presencia de oxígeno, que se congeló a temperaturas inferiores a 80º grados bajo. También influye el reflejo de la luz en dichas particulas de oxigeno .





Desde la orilla se pueden avistar focas y aves marinas que anidan en la orilla y cuando nos acercamos a la zona de crías, sin darnos cuenta, se lanzan a nosotros  agresivamente. No llegan a tocarnos pero al principio impresiona, parecen los pájaros de Hitchcock. Pasamos un rato divertido haciéndolas rabiar un poco.



A continuación , nos acercamos a la playa cercana, donde los bloques de hielo llegan finalmente al mar. 





Pero continuemos ruta y  finalicemos  la anécdota del día 23. Llegamos a Información del  Centro de Visitantes  de Skaftafell, recogemos la cámara de vídeo extraviado y   la batería está agotada, lo que nos extraña. Al cambiarla, vemos que nos  han dejado una grabación con mensaje, ¡Qué gracia!. La pareja islandesa que lo encontraron se han grabado y hasta nos presentan a su perro. Apenas entendemos lo que dicen  porque está en islandés , aunque es fácil deducirlo.  ¡Un recuerdo que nos encanta!. 
Cuando nos informábamos de Islandia leíamos que es uno de los países más seguros del mundo y aquí tenemos una muestra. ¡Y mucho que aprender!.

Iniciamos nuestras excursiones por Skaftafell, que es parte del Parque Nacional Vatnajokull y la zona natural favorita del país. Allí se concentra una gran parte del turismo, a pesar de que hay muy poco alojamiento cerca, a excepción de  un  camping con todos los servicios y  desde donde salen la mayor parte de las rutas de senderismo. 
Como hace buen tiempo, iniciamos un circuito que nos lleva a la cima del Mirador de Sjónarnípa, una caminata bastante larga (unas dos horas) y ascendente que nos permite disfrutar de unas espectaculares vistas del glaciar de Skaftafellsjökul.

La vegetación es exuberante y muy diferente a las otras zonas de Islandia que hemos visitado.




 

Nuestro esfuerzo se ve compensado al llegar a la cima. Las vistas son verdaderamente espectaculares. ¡No queremos marchar de allí!




Como curiosidad, un 10% de la Tierra está cubierta de glaciares, y en tiempo geológicos recientes ese porcentaje llegó al 30 %. Los glaciares de todo el mundo acumulan el 75% del agua dulce. 


Más tarde y, aunque estamos muy cansados, cogemos un sendero más corto que lleva a Svartifoss (40min de subida).
Somos tan malos senderistas que ni agua llevamos pero beber de los arroyos que bajan del glaciar es todo un lujo.

Antes de llegar a Svartifoss pasamos por la primera cascada Hundafoss

 Poco después llegamos a un mirador donde se puede apreciar la de Svartifoss desde lejos. 

Y estábamos tan agotados de las dos caminatas, que a punto estuvimos de quedarnos con esta imagen y no llegar hasta ella. Suerte que al final nos decidimos a bajar porque desde cerca es una maravilla. ¡Realmente mágica!

Svartifoss no destaca por un gran caudal sino por su entorno único rodeado de columnas de basalto negras. Son en las que se inspiraron para la fachada de la catedral de Reykjavik.

Las columnas de basalto son el resultado de la solidificación, por enfriamiento posterior, de la lava y están siempre orientadas perpendicularmente a la superficie originaria a la capa de lava.



De aquí volvemos a la ring road y conducimos hacia el este.
Paramos por el camino y nos acercamos para ver otra lengua del glacial por un pequeño sendero solitario y tenemos una magnífica panorámica .



Mas adelante, y de nuevo por la  por la ring road,  accedemos por una pista para llegar  Fjarsarlon, un pequeño lago lleno de icebers provenientes del glacial Fjarjokull.

Es un lugar espectacular  y no tan frecuentado como en Jokursarlon.
Cerca se ve el glaciar del que se desprenden trozos de hielo y, una vez más,  nos preguntamos si se puede superar tanta belleza.











El único sonido,  el del pequeño que juega lanzando piedras a la laguna.

No nos iríamos de allí pero hasta nuestro nuevo alojamiento, en Arnanes, aún nos quedan 80 kilómetros. 
En ruta  la belleza del paisaje nos sigue acompañando.




¿Y alguien sabe por qué las ovejas siempre van de tres en tres?


Arnanes Country Hotel está situado en un bonito lugar.  Consiste en  pequeños bungalows y, por suerte, dispone de restaurante. El plato típico de la zona son las cígalas y como ayer fue el cumpleaños de  Rafael decidimos celebrarlo, él pide cordero. La cena no puede ser más exquisita y pone la guinda a un día del que acabamos embriagados de tanta belleza.







 

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