6. OURZAZATE. TAURIT. AÏN BENHADDOU.
20:40
En Ouarzazate visitamos la kasba de Taourits, antigua residencia del Pacha de Marrakech y los estudios cinematográficos de Atlas Film. Continuamos hasta Aïn Ben Haddou donde se encuentra uno de los kasar más famosos de Marruecos.
Viernes, 5 de octubre, 2018
De Ouarzazate a Marrakech
Antes de salir del Valle de las Rosas, visitamos una cooperativa donde nos explicaron el proceso de destilación de las rosa damasquina. Desde el mes de mayo, las mujeres recogen una a una las flores que sirven de base para fabricar productos cosméticos. Se necesita cerca de una tonelada de rosas para extraer un litro de extracto, una actividad importante en el desarrollo económico y social de la región.
Al terminar pasamos a la tienda donde había una exposición de los productos con certificación BIO y aprovechamos para comprar alguno.
SKOURA
A unos 40 kilómetros antes de llegar a Ouarzazate se encuentra el palmeral de Skoura. Se trata del oasis que el sultán almohade Yaqub al-Mansur mandó formar de la nada y que, en la actualidad, cuenta con cerca de un millón de palmeras y alberga una gran cantidad de kasbas.
Las palmeras cumplen un cometido: producen dátiles, dan sombra y las hojas se usan para construir techos, suelos y productos artesanales.
Uno de los grandes peligros de las palmeras es la enfermedad de Bayoud, un hongo que pasa de palmera a palmera. No obstante, la amenaza más grave es la pobreza. Cuando la cosecha baja, hay quien, para alimentar a la familia, acaba vendiéndolas ilegalmente para decorar los grandes complejos turísticos de las ciudades. Para paliar este problema, se ha abierto un taller artístico en el oasis donde se fabrican y venden artículos fabricados con hojas de palmera: sombreros, cestos, farolillos, alfombras, ...
En Skoura se encuentra la kasba Amridil, que es quizá la más conocida de Marruecos porque aparece en los billetes de 50 dirhams.
Fue construida en el siglo XVII. Se puede visitar por dentro, aunque nosotros no lo hicimos, y tiene un hotel y un restaurante. En realidad, esta dividida en dos ya que las familias a las que pertenecía se enfrentaron.
Siguiendo en dirección a Ouarzazate, un poco antes de llegar, vimos un gran espacio donde se estaba instalando un conjunto de placas solares que será el más grande del mundo, y curiosamente lo está realizando una compañía española. Iban a empezar por la tercera fase.
OUARZAZATE
Estratégicamente situada, a una altitud de 1.160m y en la intersección de los valles del Draa y del Dadès, fue durante siglos el punto donde se reunían las gentes del valle para hacer negocios. En la década de 1920, los franceses la eligieron como base para supervisar sus intereses coloniales y crearon una moderna localidad acuartelada.
Estratégicamente situada, a una altitud de 1.160m y en la intersección de los valles del Draa y del Dadès, fue durante siglos el punto donde se reunían las gentes del valle para hacer negocios. En la década de 1920, los franceses la eligieron como base para supervisar sus intereses coloniales y crearon una moderna localidad acuartelada.
Posteriormente, desde que Mohammmad VI empezó a visitar la zona y a arreglar las carreteras, Ouarzazare ha vivido un rápido desarrollo, con anchas calles, jardines y nuevos complejos de hoteles y apartamentos, tal como vimos al continuar la ruta.
En Ouarzazate nos detuvimos para visitar la kasbah de Taourit, antigua residencia del Pacha de Marrakech y los estudios cinematográficos de Atlas Film.
KASBA TAOURIRT
Esta maravillosa fortaleza de abobe, que albergó a la numerosa familia Glaoui y al servicio de ésta, es el único edificio histórico de Ouarzazate. Se escapó de la ruina al servir como escenario de Hollywood (El cielo protector, Gladiator ) y gracias a la Unesco, que se encarga de ir restaurándola.
A comienzos del siglo XX, la familia Glaoui era dueña y señora del sur y controlaba el acceso al Alto Atlas. Sus miembros fueron los primeros que colaboraron con los franceses en la expansión de su dominio hacia el sur. La kasba se construyó en el siglo XVIII, se renovó en el XIX y se restaura de tanto en tanto desde 1994, que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Se trata de un conjunto de edificaciones de adobe. La fachada, compuesta por altos muros lisos, está decorada con dibujos geométricos en falso relieve.
Se puede visitar los antiguos aposentos del Glaouí, el comedor y la habitación de la favorita. La entrada vale 20Dhs. Un laberinto de escalinatas conducen a las habitaciones, iluminadas por ventanas bajas. Las estancias más grandes presentan ornamentación a base de molduras de estuco con motivos florales y geométricos y techos de cedro pintados con alegres colores.
Aunque todas las habitaciones están vacías fue interesante conocerlas por dentro.
ATLAS Film Studios
A continuación nos desplazamos a unos 5km de Ouarzazate para visitar los estudios cinematográficos de Atlas Film, que ocupan 30.000m² de desierto.
El negocio del cine se inició después de que el Protectorado francés abandonara la ciudad en la década de 1950. Durante un siglo, se han rodado en la región cientos de películas, entre ellas, El cielo protector, de Bertolucci(1990), Kundun, de Scorsese (1997), Gladiator, Asterix y Obelix, La joya del Nilo, Lawrence de Arabia, Prince of Persia, El Reino de los cielos e incluso varios capítulos de la serie Juego de Tronos.
En los estudios se exponen los decorados de las películas y que supuestamente están ambientadas en el Tibet, la antigua Roma, Somalia y Egipto.
No es una visita espectacular pero pasamos un rato divertido entre los falsos palacios, las calles antiguas, los monumentos , ...
No es una visita espectacular pero pasamos un rato divertido entre los falsos palacios, las calles antiguas, los monumentos , ...
Gladiator (el patio de los esclavos) |
Asterix y Obelix |
En el trono de Cleopatra. |
Con el carro de Gladiator |
Indiana Jones |
AÏN BENHADDOU
De nuevo nos pusimos en ruta hasta llegar a Aïn Ben Haddou, a treinta kilómetros de Ouarzazate. Allí nos alojaríamos una noche, en el riad Caravane, perteneciente a una francesa y decorado con mucho gusto.
KASBA AÏN BENHADDOU
Por la tarde fuimos a visitar la célebre Kasba Aïn Ben Haddou, que es como se la conoce, aunque en realidad es un ksar. Es decir, un pueblo fortificado y formado por un conjunto de kasbahs hechas de adobe, que parece que emergen del paisaje.
KASBA AÏN BENHADDOU
Por la tarde fuimos a visitar la célebre Kasba Aïn Ben Haddou, que es como se la conoce, aunque en realidad es un ksar. Es decir, un pueblo fortificado y formado por un conjunto de kasbahs hechas de adobe, que parece que emergen del paisaje.
Se cree que data del siglo XI. Su origen, como el de otros ksars, fue el asentamiento de una tribu amazing (bereber), que construían estas características ciudades amuralladas en lugares cercanos a cauces y tierras aptas para el cultivo, convirtiéndose en uno de los mayores puntos estratégicos de la ruta que unía la antigua Sudán con las ciudades imperiales de Marrakech, Fez y Meknès, donde se abastecían las caravanas de comerciantes.
Con los años, los habitantes, buscando mejores condiciones para vivir, se fueron desplazando al otro lado del río, creándose el pueblo o villa nueva que es donde reside la mayoría. El ksar se fue despoblando y quedó en un estado de semi-abandono.
Afortunadamente, desde que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987, los fondos aportados por la UNESCO y el rodaje de numerosas películas, han permitido detener el proceso de deterioro y algunas de sus kasbas han sido restauradas, siendo uno de los mejor conservados y más antiguos ksars del país.
Está situado sobre una colina, en el margen derecho del río Ounila y rodeada de cultivos, palmeras y árboles frutales, que aportan un verdor que contrasta con el paisaje árido y rocoso de su entorno.
La fortaleza está rodeada por una muralla, reforzada por torres angulares, que le servía de protección y sólo dos puertas controlando las entradas y salidas.
La entrada es libre y gratuita. Se puede acceder por un puente que se construyó hace pocos años o dando un pequeño rodeo paralelo al río, que es por donde optamos nosotros.
Dentro nos encontramos con laberínticas callejuelas, casas y edificios muy antiguos, algunos con decorados de bajiorrelieves.
Una escalera va ascendiendo hasta la parte más elevada del ksar.
Son solamente unas diez familias las que habitan el lugar y las casas carecen de electricidad y agua corriente, aunque que pronto se suministrarán.
La agencia Xaluca estaba rehabilitando una de las casas y nos invitaron a visitarla. Como no había luz, nos ayudamos con la linterna de nuestros móviles. El interior conserva la arquitectura y los elementos originales del lugar, creando un ambiente acogedor y respetuoso con lo tradicional. Nos gustó mucho, será fantástico poderse alojarse allí, en el núcleo del ksar y en un lugar tan auténtico.
Por las escaleras que ascendían habían algunas tiendas de antigüedades y también trabajan algunos artistas.
Curioso la creación de estas pinturas, realizadas con pinturas naturales. El artista daba unas pinceladas y en contacto con el fuego aparecían los colores y las formas.
Desde lo alto de la colina las vistas eran inmejorables con el palmeral, el alto Atlas, el desierto y el pueblo nuevo. En el punto más elevado se encontraba el granero, lugar de almacenamiento de alimentos y espacio más preciado e inaccesible en caso de sufrir algún asalto.
Este ksar ha quedado inmortalizado en multitud de películas, siendo uno de los lugares más cinematográficos de Marruecos. Su aspecto exótico y las condiciones climatológicas le convierten en un magnífico lugar para el rodaje de películas, lo que supone un incentivo para la economía del lugar.
Entre las películas que se han rodado están: Lawrence de Arabia, Jesús de Nazaret, La última tentación de Cristo, La Momia, Gladiator, Alejandro Magno y, más recientemente, la serie Juego de Tronos.
Como curiosidad comentar que una de las puertas monumentales del ksar (la foto a continuación) no es original, pues fue construida en hormigón para que Michael Douglas se estrellara con la avioneta en La Joya del Nilo.
Empezaba a anochecer cuando abandonamos el ksar y nos dirigimos al riald, donde también teníamos la cena.
Esa noche decidimos despedirnos del desierto con nuestros vestidos amazing (bereberes) que habíamos adquirido durante el viaje.
La cena fue estupenda:. Pastel de berenjena, tajine acompañado de un seffa marroquí y un vino de la región. Nos fuimos a dormir muy satisfechos.
0 comentarios