5. De Ribadesella a Gijón

21:35

 De Ribadesella a Gijón, la ruta  transcurre entre paisajes, miradores y pueblos con encanto: MIrador del Fito, Lastres, Tazones y Gijón.



 De Ribadesella a Gijón

Mirador del Fito (a 30min)

Desde Ribadesella tomamos la A-8, enlazando con la N-632 que lleva en dirección  Caravia. Seguimos por la N-260, unos kilómetros más, en dirección a Arriondas,  por una sinuosa carretera bien asfaltada por la que todos los años tiene lugar la popular " Subida al Fitu", la prueba de rallie del campeonato internacional de España que este año ha sido aplazada al año 2021, a causa de la crisis del covid.

Estamos ascendiendo por la Cordillera del Sueve acompañados de unas vistas y un paisaje espectacular.

Unos kilómetros antes de llegar a Arriondas, vemos señalizada una zona de aparcamiento a escasos metros del mirador. Dejamos el coche y ascendemos a pie por una pequeña rampa y unos escalones que nos llevan hasta donde se encuentra el mirador, que tiene una peculiar estructura de cemento ,  como si fuera un platillo volante suspendido sobre el suelo con  una escalera desplegada para pisar tierra. Los lugareños lo conocen como el cazu, por su forma de taza. 

Desde el interior de la "taza" se obtienen unas vistas maravillosas de casi 360º de puro espectáculo natural. 

Inaugurado en 1927 , a unos 1.100 metros sobre el nivel del mar, el Mirador del Fitu  se eleva sobre los acantilados. A nuestro alcance más de 100 kilómetros de costa acantilada y playas, y otros tantos de montaña: la Reserva Natural de Sueve, el Parque Natural de Ponga y el Parque Nacional de los Picos de Europa.




Lastres (a 28 min)

Retrocedemos por la AS26O en dirección Colunga para seguir por la carretera de la costa que nos lleva hasta Lastres, uno de los pueblos marineros más bonitos de Asturias, Galardonado en el 2010 como Pueblo Ejemplar .

Ascendemos con el coche hasta el mirador de San Roque desde tenemos una espectacular vista del pueblo, con el puerto a sus pies y la parte de la costa oriental asturiana, así como la sierra del Sueve y la zona del Mirador del Fitu. 



Lastres es un pueblo muy turístico que cuenta con un bonito puerto pesquero  junto a  una pequeña playa separada por un dique. Aprovechando el buen día había muchos bañistas y gente tomando el sol. 




Aparcamos  en la parte media del casco antiguo y fuimos descendiendo a través de las calles empedradas, con casas muy juntas entre si y con muchos escalones  para vencer el fuerte desnivel.  Sobresaliendo, a través de ellas,  el color azul del mar le otorga a este lugar una pincelada  muy pintoresca.





En el centro, una pequeña plaza con el Ayuntamiento y La Torre del Reloj , unas escaleras más y llegamos a la capilla del Buen Suceso y la ermita de San José. 


Capilla del Buen Suceso. Siglo XVI 


El encanto de Lastres  le ha hecho merecedor de algunas series famosas que se han grabado entre sus calles y alrededores,  como la del "Doctor Mateo".

Tazones (28 min)

Avanzamos unos kilómetros más hasta Tazones, otro de los pueblos más bonitos del Principado.  Se trata de una pequeña población de 300 habitantes, en un enclave muy bonito, rodeada de verde por todos lados y con un pequeño puerto pesquero. 


Tras aparcar en el parking a la entrada del pueblo, avanzamos por las calles empedradas y observamos las típicas casas marineras, con fachadas blancas y puertas, ventanas y galerías pintadas de vivos colores, que le dan un toque marinero y alegre. 









Una de las casas tiene toda la fachada decorada con cientos de conchas.   Cuando la estaban construyendo, muchos niños del pueblo las recogían y  las dejaban en una de las macetas a la entrada de la casa. 



En Tazones la pesca y la caza de ballenas cobró mucha importancia y fue lo que más marcó al pueblo.. En una de las rampas que dan al mar, se conserva un torno que usaban antiguamente para remolcar lanchas, mercancía e incluso ballenas.


Tazones guarda la esencia  de la aldea asturiana con sus hórreos y paneras dispersadas por la parte antigua del pueblo. 

Divide el pueblo una calle que desemboca en una pequeña playa con un  montón de restaurantes y tiendas de souvenirs.  El olor a pescado,  marisco y sidra nos alcanza durante todo el recorrido pero cuando  pretendemos sentarnos en algún local, nos quedamos con las ganas. Son casi las cinco de la tarde y a esa hora  todos  cierran la cocina. Nos resignamos.

Damos un paseo por el puerto y nos distraemos un buen rato viento como los jóvenes se divierten tirándose desde el espigón. 





Desde la parte trasera de la Casa de las Conchas  se puede subir hasta el Faro de Tazones pero hay que subir muchas escaleras bastante empinadas.  También se puede llegar hasta allí por la carretera que  lleva a la aldea de Villar ( parroquia de Tazones), donde hay espacio para aparcar a pie del faro. 


Gijón 

Llegamos por la tarde a Gijón, nuestro último destino del día. Nuestro hotel estaba muy bien situado, delante del puerto, justo delante de las "letronas rojas" y  al lado del casco antiguo . 


Desde la ventana del hotel las  bonitas vistas del puerto y las letronas, nos animan a iniciar sin perder tiempo la visita a esta ciudad, que  a orillas del Cantábrico,  muestra una atractiva combinación de sabor marinero, patrimonio cultural y urbanismo moderno.



Entre el Puerto Deportivo  y el casco antiguo vemos la curiosa escultura del Árbol de la Sidra, realizada con 3.200 botellas de vidrio verde.

Continuamos  introduciéndonos por el casco antiguo, que está formado por el cerro de Santa Catalina y el barrio de origen pesquero de Cimadevilla

Lo primero que vemos desde el puerto deportivo,  es la plaza del Marqués, donde  se alzan la Colegiata de San Juan Bautista y el Palacio de Revillagigedo. Y en medio de la plaza, la estatua de  Don Pelayo, con un ambiente muy agradable.




En la Plaza Mayor vemos el edificio del Ayuntamiento (s. XIX). 




Seguimos por el paseo marítimo de la playa de San Lorenzo y mientras tomamos fotos de  esta bonita imagen de la ciudad, ascendemos hacia el Parque del Cerro. 





Alcanzamos la parte superior, donde se halla  la batería de Santa Catalina  un antiguo  artillero militar, del siglo XVII, cuya función era defender la pequeña península de los ataques de los piratas y corsarios. En la superficie ocupada por la batería se encuentra el parque del Cerro, uno de los lugares más amplios de la ciudad, donde muchos van a practicar deporte o llevan a correr a los perros .

Aquí se encuentra El Elogio del Horizonte, una escultura de hormigón creada por el escultor Eduardo Chillida. Sus grandes proporciones (10 metros de alto) la convierten en uno de los signos de la ciudad. Situándonos debajo de la estatua, podemos percibir un efecto sonoro que hace que el romper de las olas llegue hasta nosotros. Es muy curioso.


A los pies del cerro de Santa Catalina, muy cerca de las Termas Romanas de Campo Valdés, se encuentra la Iglesia de San Pedro Apóstol. Aunque su origen origen data del siglo XV,  fue enormemente dañada durante la Guerra Civil de 1936, y reconstruida posteriormente en 1955 Por este motivo, la iglesia posee diferentes estilos: Prerrománico, gótico, y neoclásico.


Después de nuestra breve visita a esta parte de la ciudad, regresamos a la plaza Mayor y cenamos en el restaurante La Galana . Nos lo aconsejaron en el hotel y realmente fue un acierto. Elegimos de entrante unas  anchoas del Cantábrico sobre escalivada con queso de Pravia, unas albóndigas de meluza con almejas, un pulpo braseado con puré de patatas y un helado de leche merengada. Todo excelente y atendidos por un personal estupendo. 


A la mañana siguiente, antes de abandonar Gijón, nos desplazamos del centro de la ciudad para visitar la Laboral Ciudad de la Cultura.  Teníamos interés en conocerlo. Fue el edificio más grande de España, fundado en 1948, como orfanato de hijos de mineros.  

A pesar de que no pudimos realizar ninguna de las  visitas guiadas que organizan, ni visitar la iglesia por obras  y tampoco subir a la torre ( desde donde se ve todo Gijón y alrededores) , debido a las  restricciones sanitarias del Covid, nos gustó llegar hasta ella, conocer la magnífica obra arquitectónica y su curiosa historia. 

 Actualmente es un espacio con diversas instituciones.






 Y desde la Laboral Ciudad de la Cultura continuamos nuestra ruta por la costa asturiana.  



CONTINÚA. 6. De Gijón a La Regalina (Cadavero)





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