7. Somiedo. Una ruta por algunos de los paisajes mas bellos de Asturias
21:44Un día de estancia por el Parque Natural de Somiedo para conocer los lagos de Saliencia y otros lugares interesantes de la zona.
En un viaje anterior a Asturias habíamos pasado por Somiedo pero, por falta de tiempo, nos quedamos con las ganas de conocer los lagos de Saliencia, situados en el corazón del Parque Natural de Somiedo. Así pues, decidimos acercarnos en esta ocasión.
Para llegar desde Cudillero nos dirigimos a Belmonte de Miranda (a 46 km al sur). Hay una buena carretera y enseguida se llega. Una vez allí nos introducimos por el parque.
El Parque Natural de Somiedo fue declarado Reserva de la Biosfera por la Unesco en el año 2000 y está considerado como uno de los parajes más bellos de la zona interior del Principado.
La carretera transcurre por un bonito paisaje, atravesando aldeas que conservan el espíritu genuinamente montañés, mantienen sus costumbres y su arquitectura típica, con un entorno natural maravillosamente conservado.
Lagos de Saliencia
En la oficina de Turismo de Belmonte nos dieron un mapa con la ruta de los lagos y otros puntos de interés de la zona. Tomamos dirección a Pola de Somiedo y antes de llegar nos desviamos a la izquierda hacia Saliencia.
El inicio de la ruta por los Lagos de Saliencia se localiza en la carretera SD-1, en el llamado Alto de la Farrapona, frontera natural entre la comunidad asturiana y la provincia de León. La estrecha carretera que llega, a unos 7kms, es una delicia para la vista y está muy poco transitada. Paramos varias veces para hacer fotos.
En el Alto de la Farrapona hay una zona extensa para aparcar y desde allí iniciar la caminata. Es una ruta que recorre un conjunto de cuatro lagos, de origen glacial: el lago de la Cueva, la Mina, Cerveriz, Calabazosa o Negro y el lago del Valle, que fueron declarados Monumento Natural y forman parte de la Reserva de la Biosfera de Somiedo.
La distancia entre los lagos son: 1, 5 km al Lago de la Cueva, 3,5 km al Lagos Cerveriz y el Lago Calabazosa y unos 14,3 km al Lago del Valle. Nosotros llegamos hasta el Lago Calabazosa y tardamos unas 3 horas.
El terreno es alta montaña, sin vegetación por lo que es recomendable protección solar . Es una ruta sin mucha dificultad, aunque con algunas subidas que pueden resultar pesadas.
El paisaje es muy muy bonito. Al iniciar hay un mirador con vistas al valle de Saliencia.
Una montaña roja de frente y el camino del color que desprende la tierra, son la señal de la proximidad de la mina de hierro de Santa Rita, que estuvo activa hasta 1.978.
Por un atajo con bastante pendiente, se ve el acceso a los túneles de la mina Santa Rita, al que acudían unos jóvenes. Nosotros continuamos por la pista en zigzag que facilita la ascensión.
Después de varias curvas más, se encuentra el Lago de la Mina, que es el más chiquito de todos y muchas veces, como aquel día, se encontraba sin agua.
Seguimos caminando y en poco más de un kilómetro, apareció ante nuestros ojos el Lago Cerveriz, de aguas muy oscuras, en un entorno precioso.
Por la izquierda superior del lago Cerveriz, abandonamos la pista principal y nos introducimos por una senda de piedras y matorrales, que no está marcada y , aproximadamente, en menos de un kilómetro, llegamos a un mirador precioso sobre el lago la Calabazosa, también llamado Lago Negro por el color de sus aguas, aunque como se puede ver por las fotos, de negro no tiene nada. Es un lago más grande que los anteriores, el que se encuentra a mayor altura y también el más profundo.
También se puede llegar a este último lago girando por la base del lago Cerveriz a la izquierda.
Lo rodeamos un rato, maravillándonos con el impresionante color del agua.
La vuelta se hace por la misma ruta y es menos costosa al ser de descenso.
Cabanas de teito.
Regresamos por la misma carretera y vemos varias cabañas tradicionales con paredes de piedra y techo vegetal de escobas, que reciben el nombre de "cabanas de teito". Estas construcciones de la arquitectura popular autóctona, están destinadas a refugios de pastores, pajares, cabañas para ganado y algunas también convertidas en alojamiento rural.
Nos introducimos por algunas aldeas que encuentra a pie de carretera y entablamos conversación con algunos lugareños que nos relataron su vida cotidiana, cada vez más complicada, pues al ser un Parque Nacional y estar protegido no pueden apenas cultivar nada.
En Villarín el señor Elías Cano salió de su casa a saludarnos y se calzó sus zuecos. Vive sólo y nos explicó muchas cosas de su juventud y lo que ha cambiado todo.
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