2. DE LA COLINA DE BUDA AL PARLAMENTO
21:46
5 de octubre 2019
El día amaneció nublado, con la amenaza de la borrasca Lorenzo encima de nuestras cabezas. Llovió gran parte del día pero, afortunadamente, fue una lluvia fina que no interrumpió nuestras visitas.
A primera hora de la mañana nos dirigimos hacia el Parlamento para sacar las entradas para su visita que no habíamos conseguido a través de internet.
Durante el camino vimos magníficos edificios y monumentos que conserva esta bella ciudad. Los más emblemáticos pertenecen a la época imperial aunque, en su mayor parte, reconstruidos tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el camino vimos magníficos edificios y monumentos que conserva esta bella ciudad. Los más emblemáticos pertenecen a la época imperial aunque, en su mayor parte, reconstruidos tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial.
Llegamos al Parlamento y allí conseguimos entradas para visitarlo a las 17h, entonces decidimos ir a la colina de Buda, situada junto en frente.
SZECHRNYI LANCHID (PUENTE DE LAS CADENAS)
Cruzamos el El Puente de las Cadenas que une la zona de Buda con la de Pest.
La historia cuenta que el conde Esteban Szechenyi tuvo que esperar en el año 1820 una semana entera para pasar el río, hasta que encontró un navegante que lo ayudo a atravesar encima de una placa de hielo. Fue entonces, cuando ofreció sus rentas de un año para construir un puente permanente. Las obras empezaron en 1839 y se inauguró en 1849, con una longitud de 380 metros y una anchura de 16 m. Al final de la II Guerra Mundial los nazis lo dinamitaron y fue reconstruido de nuevo en el año 1949.
El puente posee 4 leones sin lengua y, cuenta la leyenda, que el escultor se olvidó de ellas y, debido a los malos comentarios, se lanzó al Danubio. En realidad, las lenguas si que están pero son difíciles de visualizar.
COLINA DE BUDA
Atravesamos del puente para pasar a la orilla donde se extiende la colina de Buda, un lugar famoso por su pasado histórico, que está dominada por un impresionante palacio que, en 1985, la UNESCO incluyó en la lista de Bienes Patrimonio de la Humanidad.
En el centro del antiguo casco de Buda (Várhegy) se encuentra el conjunto de monumentos históricos más valioso del país, con diferentes estilos, a través de los cuales se demuestra el grandioso pasado de la ciudad.
Se puede acceder a la colina a pie, con un funicular situado en la base, (gratuito para los mayores de 65 años), con el autobús 16 que sale desde la Erzsébet (en el mismo centro de Pest) y también funcionan unos pequeños autobuses turísticos (azules o rojos) que van parando en los puntos más importantes: El Palacio Real, la Iglesia de San Matías y el Bastión de los Pescadores, La Torre de Buda y los Jardines Reales. Cuestan 8€ por persona y pasan cada diez minutos por las distintas paradas. Es la opción que nosotros elegimos (el azúl) y, dado el día que hacía, creo que lo acertamos, pudimos visitar lo más importante de forma cómoda y ganamos tiempo.
Palacio Real
La primera parada de bus la hicimos en el Palacio Real que ocupa una fachada que supera los 300m
Es con la emperatriz Maria Teresa, la primera y única mujer que gobernó sobre los dominios de los Habsburgo, que adquiere su difinitiva configuración, con un aspecto barroco, propio de la corriente estética que imperaba en el momento. Durante la Segunda Guerra Mundial el palacio fue totalmente demolido y sus dependencias incendiadas debido al incendio ruso entre los años 1944-45. Rehabilitado nuevamente, se le dio la forma original que tenía antes de la guerra y actualmente alberga salas de exposiciones y varios museos como la Galería Nacional Húngara, el Museo de Historia de Budapest y la Biblioteca Nacional.
Una portada ornamental de 1903 lleva desde la escalinata de los Habsburgo hasta el Palacio Real, que estaba custodiado por una estatua de bronce con una mítica ave instalada en el año 1896 .
En la Galería Nacional de Hungría se exponen obras de arte que reflejan la turbulenta historia de Hungría. En frente se encuentra la estatua ecuestre del príncipe Eugenio de Saboya.
En uno de los patios se alza la fuente de Matías (1904) con una escultura en bronce que representa al monarca en una escena de caza.
La puerta del León da a un patio trasero del Palacio Real.
La cúpula del Palacio Real fue reconstruida en estilo neoclásico, después de que la cúpula barroca resultara destruida en la Segunda Guerra Mundial.
A continuación regresamos al bus que nos llevó al siguiente recinto, donde se encuentra El Bastión de los Pescadores y la Iglesia de San Esteban.
Bastion de los Pescadores
Bastion de los Pescadores
Fue construido en 1902 y se parece más a un castillo de Disney que a un bastiones defensivo. Tiene siete torres que representan a las siete tribus magiares y recibe el nombre de un grupo de pescadores responsables de defender el enclave de las murallas de la ciudad.
La visita es gratuita salvo el paso por alguna torre concreta, cuyo ticket vale 800 Ft (2,61 €) y que vale la pena pagar.
Desde la terraza fortificada tenemos la mejor vista sobre el Parlamento. Por la tarde, con las puestas de sol reflejadas y luego la iluminación nocturna se pueden obtener fotos espectaculares. Queríamos regresar pero ya no tuvimos tiempo.
Iglesia de San Matías (S. XIII – XIV)
De lunes a viernes de 9 a 17 h, sábados de 9 a 13 h, domingos de 13 a 17h. Precio 1500 Ft.
Situada al lado del Bastión de los Pescadores, esta magnífica iglesia, con un exterior impresionante, es el edificio religioso más importante de la ciudad. Su altura, de 80m, resulta visible desde todos los puntos de Pest. En la fachada domina la torre de la campana del rey Matias (s. XV) de 5 pisos y una cubierta de tejas esmaltadas de vivos colores.
En el años 1470 se reconstruyó en estilo gótico francés, sufriendo posteriormente sucesivas reformas, siendo incluso convertida en mezquita durante la época de dominio turco.
Ha sido sede de diferentes bodas reales y coronaciones, una de las mas importantes fue la de Carlos IV, el último rey de la dinastía de los Habsburgo.
De época medieval se conserva la puerta de María, con un fantástico bajorrelieve que representa la escena de la Virgen María y el escudo de Matías que se encuentra depositado en una de las capilla. También cabe destacar una virgen barroca (la leyenda dice que la estatua fue emparedada en un muro de la Iglesia durante la ocupación turca y, en 1686, y apareció cuando fue destruido), la tumba del rey Béla III y Ana Chatillon, el Púlpito con tallas de piedra de los cuatro padres de la Iglesia y unas fantásticas vidrieras del siglo XIX.
Entre el Bastión y la Iglesia de San Matias se encuentra la estatua del rey Esteban I de Hungría (de nombre pagano Vajk, que aceptó el cristianismo, fue el primer rey coronado y puso los primeros cimientos del moderno Estado húngaro.
Torre de Buda
Una tercera parada nos dejó en la Torre de Buda, una antigua iglesia de la que solo se mantiene en pie el campanario y un ventanal gótico. Fue usada como mezquita durante la ocupación otomana en el siglo XV y sufrió enormes daños durante la liberación de Hungría en 1686, quedando solo el campanario y, frente a ella, un ventanal gótico hecho pedazos. Se puede ascender a la torre que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad pero no lo hicimos por la poca visibilidad del día.
En esta zona se encuentran antiguas calles estrechas y empedradas, como las de Uri utca (la Calle de los Señores), donde vivían aristócratas y comerciantes que conservan cimientos medievales y, en muchos casos, detalles góticos y apacibles patios. Nosotros aprovechamos en uno de los locales para comer algo y reponer energías.
La última parada la realizamos en los Jardines del Palacio Real pero, por dado el mal tiempo, tan sólo nos detuvimos ante la fachada de entrada.
REGRESO A PEST
Regresamos nuevamente a la orilla de Pest por el Puente de las Cadenas, que estaba cerrada al tráfico debido a un mitin político ante las próximas Elecciones Generales, en noviembre del 2019.
MONUMENTO DE LOS ZAPATOS
En la orilla del Danubio, y antes de llegar al Parlamento, vimos el Monumento a los zapatos, uno de los más conmovedores de la ciudad. Erigidos en 2005, son una alegoría a uno de los momentos más trágicos de la historia húngara, cuando en el invierno de 1944-45 los colaboradores fascistas húngaros (Partido de la Cruz Flechada) mataron a miles de personas, entre ellas muchos judíos y les obligaron a quitarse los zapatos antes de matarles y arrojarles al Danubio. Un período horroroso de la historia que no debería volver a repetirse.
PARLAMENTO
De lunes a domingo de 8.00 a 18.00 horas, el precio para ciudadanos de la UE es de 2400 Ft
Siguiendo por la orilla del Danubio llegamos al Parlamento, uno de los edificios más hermosos de Europa. Se construyó entre los años 1884 y 1902, es el de mayores dimensiones del país y el segundo mayor Parlamento del mundo, después del de Rumania. Tiene 691 dependencias, una longitud de 268m y su cúpula se eleva hasta los 96m. Se utilizaron en su construcción más de 40 millones de ladrillos, medio millón de piedras preciosas y 40 Kg de oro.
La visita es guiada y vale la pena reservarla con anterioridad. Se pueden sacar por internet en la siguiente dirección, que es la oficial: https://www.jegymester.hu También se pueden comprar directamente en el mostrador del edificio pero con el riesgo de no poder elegir día e idioma, que es lo que nos pasó a nosotros, que tuvimos que conformarnos con la visita en francés.
A unos 50 metros del parlamento, mirando al Danubio, se encuentra una bonita estatua que conmemora el gran poeta húngaro, Atila József, muy querido en la ciudad.
El interior está decorado con mármol y oro; en el ala norte está situada la oficina del primer ministro mientras que en la del sur está la del Presidente del país. En la sala central hay una magnífica cúpula, así como las estatuas de reyes húngaros, como por ejemplo la de San Esteban, y en una vitrina se pueden ver la joyas de la coronación de Hungría, como la famosa corona con la cruz torcida que también aparece en el escudo del país custodiada y no se puede fotografiar (la foto es de internet).
Después de visitar su interior dimos una vuelta por alrededor del edifico, no dejando de admirar su espléndida fachada.
En la parte posterior se encuentra la magnífica plaza de Kossuth, con los imponentes edificios del Ministerio de Agricultura (que tiene columnas corintias y en la pared se pueden ver unas señales de balas que se han dejado para homenajear a las víctimas civiles que fueron ejecutadas en el año 1956, durante una manifestación ), el Museo Etnográfico, el Palacio de la Bolsa y varios monumentos a políticos y lideres.
Un poco más tarde el tiempo empeoró y dio paso a la tormenta que estuvo amenazándonos durante todo el día. Pero lo finalizamos satisfechos, después de contemplar con todas nuestras visitas el esplendor de un escenario imperial que resume en buena parte el encanto de la ciudad, de su decadente atmósfera y de un carisma que ha sobrevivido a todos los horrores que la acecharon, desde las invasiones tártaras del siglo XIII, la ocupación otomana durante siglo y medio o el posterior dominio austríaco. Pero muy en especial a lo largo del siglo XX, pues en Budapest dejaron su huella reciente las dos guerras mundiales, el Holocausto judío, la Revolución de 1956, la invasión soviética y varias décadas de dictadura comunista.
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