4. De Llanes a Ribadesella
21:54De Llanes a Ribadesella, descubriendo parajes impresionantes creados por la fuerza del mar: bufones, cuevas, acantilados y playas paradisíacas.
De Llanes a Ribadesella (31 km de distancia)
Aunque el día anterior habíamos visitado las playas de Torimbia y Toranda, ese día iniciamos la ruta que va desde Llanes a Ribadesella, por la carretera comarcal y teniendo como referencia la línea costera. Son lugares muy próximos unos de otros aunque no siempre bien señalizados .
La ruta, transcurre entre paisajes impresionantes creados por la fuerza del mar: bufones, cuevas, acantilados y playas paradisíacas.
Playa del Poo
Esta playa-ría con forma de embudo, desemboca en el mar por un canal formado entre unos acantilados. Cuando la marea sube, el agua entra por dicho canal y queda remansada como si se tratase de una piscina de poca profundidad.
Aparcamos el coche junto a la playa y descendimos por la arena fina aprovechando la bajamar, que había dejado el embudo casi al descubierto.
Playa de Barro
Playa de San Antolín
Playa de Gulpiyuri
Siguiendo el sendero y entre verdes prados, llegamos a este maravilloso rincón. Se trata de una playa interior, no abierta al mar. Las aguas marinas llegan hasta ella por una pequeña grieta de varias decenas de metros de longitud, abierta por los efectos de la erosión ejercida sobre las rocas calizas, que forman esta zona del litoral Cantábrico.
Con una longitud de menos de 50 metros de línea de arena, la playa de Gulpiyuri es considerada la más pequeña del mundo y fue declarada como Monumento Natural. Es verdaderamente muy hermosa y tranquila. En esos momentos , tan sólo había una pareja que estaba tomando plácidamente el sol.
Playa de Guadamia y los Bufones de Pía
El sendero continúa hasta el borde del acantilado, desde donde tenemos unas vistas impresionantes.
Los Bufones de Pría
Siguiendo el mismo sendero, un poco más adelante, un indicador señala la dirección para Los Bufones de Pría. Llegamos a una zona de acantilados con vistas impresionantes y entre ellos decenas de bufones desperdigados, que son como estrechas chimeneas verticales por las que el agua sale a presión cuando el mar está embravecido. No es fácil verlos en acción, es preciso que haya mala mar o bandera roja, no como ese día que hacía un sol radiante y buena mar pero escuchar el bufido de las aguas tiene que ser un espectáculo impresionante.
En la parte más alta, la Ermita de Nuestra Señora de Guía acoge la imagen de la patrona de los marineros. Fue reformada en 1892 y desde ella tenemos la mejores vistas de Ribadesella y todo su entorno.
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