2. Cabrales
22:06Al visitar la zona de Cabrales, el mal tiempo nos acompañó todo el día. Aún así disfrutamos de la belleza del paisaje, con acogedoras aldeas, rincones con encanto y la visita a una quesería y una cueva del famoso queso de Cabrales.
Cabrales
Decidimos alojarnos dos noches en Llanes y desde allí visitar el Concejo de Cabrales, que se encuentra a pocos kilómetros de la localidad.
El primer día, a pesar de que los pronósticos no eran favorables y amaneció gris, decidimos probar suerte y, tan pronto entramos en la zona de Cabrales empezamos a disfrutar de la belleza del paisaje, acogedoras aldeas y rincones con encanto.
En esta zona empezamos a ver muchas de las antiguas paneras, que se distinguen de los hórreos gallegos porque están asentadas sobre más de 4 “patas” o pegollos. Su típica imagen complementa el encanto del lugar .
Cuando llegamos a la zona montañosa el tiempo fue empeorando. No dejó de llover un sólo momento y no pudimos abarcar la ruta que nos habíamos marcado.
ASIEGO
La lluvia nos acompañó hasta Asiego, pueblo al que le fue otorgado el Premio Ejemplar de Asturias 2019. Está situado a 34 km de Llanes, entre la Sierra del Cuera y los Picos de Europa. En condiciones más mejorables, hay vistas panorámicas desde el Mirador Pedro Udaondo Echevarría (nombre en honor al ilustre alpinista vasco fallecido en los picos de Europa, en el año 2007) y vistas espectaculares al Pico Urriellu (denominación original del Naranjo de Bulnes). Desafortunadamente,
las nubes nos lo tapaban casi todo.
Y para disfrutar del paisaje, se han ubicado los famosos los bancos apadrinados de Asiego, en lugares estratégicos con vistas de gran belleza.
La lluvia caía con intensidad y apenas pudimos separarnos del paraguas para dar un corto paseo.
Cueva del queso, en Cabrales.
Por la tarde, también en Cabrales, visitamos "La Cueva del queso" (Tél. 985845335).
El terreno calizo que caracteriza este concejo de Cabrales, ha dado lugar a numerosas cuevas que han sido utilizadas desde hace siglos para la maduración del queso de cabrales. La mayoría de ellas son de uso colectivo, la ubicación y derecho de uso se transmite de generación en generación. En la cueva, el queso se coloca en estanterías de madera, donde la humedad y la temperatura hace que se vaya desarrollando en su interior el característico color verde-azulado propio del hongo penicillium, presente de manera natural en la cuevas. Cada día se hace un volteo a los quesos, se limpian las tablas y se lleva un control periódicos para ver la evolución de los mismos .
0 comentarios