CATARATAS IGUAZÚ (LADO BRASILEÑO)
14:02
FOZ IGUAZÚ (Brasil)
Ese día nos trasladamos a Foz de Iguazú, para visitar el Parque de las Aves y las Cataratas de Iguazú desde el lado brasileño.
26 de octubre
De nuevo, amaneció lluvioso y provistos con nuestros chubasqueros emprendimos la marcha para ver las cataratas desde otra perspectiva.
Para trasladarnos de Puerto de Iguazú al lado brasileño de las cataratas, en Foz do Iguaçu, a 15km, nuevamente nos dirigimos a la terminal de omnibús. El próximo bus salía a las 10.20 y el último regresaba desde el parque Nacional de Foz de Iguaçu a las 17hs. El servicio lo cubren varias empresas pero nosotros repetimos con Río Uruguay. El billete nos costó 40 pesos por tramo (160 pesos en total). Para pasar de un país a otro, hay que bajar en el control aduanero para los trámites de migración pero un asistente de bus nos acompañaba siempre. Como no había mucha demora en la aduana, tardamos alrededor de 30 minutos en llegar a Foz de Iguazú.
El bus te deja delante de la entrada del parque de las cataratas pero ofrecen la posibilidad de bajar un poco antes, para visitar el Parque de las Aves, un santuario ecológico, con jaulas enormes donde se pueden ver más de 800 aves de distintas especies del Brasil y de otros continentes y también mariposas, yacarés, anacondas, monos, ...
Una visita que ya teníamos programada, únicamente cambiamos el orden esperando que el tiempo mejorara. La entrada cuesta 30 reales brasileños. Se puede pagar con Visa.
Flamencos, tucanes, guacamayos, grullas, buhos, ... Los colibrís, que están en la zona del mariposario, son del tamaño del dedo índice y son difíciles de fotografiar pero cuando llueve se quedan quietos.
Algunas aves se acercan a los visitantes, se posan encima y hasta se dejan acariciar. Es el caso de este tucán que se hizo amigo nuestro.
Las grandes jaulas están colocadas entre la selva, con frondosa vegetación, plantas tropicales y diferentes tipos de orquídeas.
Es un paseo precioso, lleno de colorido. Disfrutamos mucho y es un lugar verdaderamente recomendable.
En frente del Parque de las Aves, se encuentra la empresa Helisul que sobrevuelan las cataratas en helicóptero. Teníamos intención de realizarlo pero por la lluvia estaban suspendidos. El vuelo de 10 min cuesta 430 reales brasileños, o sea unos 100 euros.
CATARATAS DE FOZ DE IGUAZÚ (lado brasileño)
Había dejado de llover cuando nos dirigimos al parque Nacional de Iguazú.
El horario de apertura del parque es de 9:00 hasta las 17:00h. Es un recorrido corto que se puede hacer perfectamente en unas horas.
El traslado por el parque se realiza en buses articulados panorámicos de dos pisos, incluidos en el coste de la entrada general (63,30 R$ -se pueden pagar con visa- ). Los buses llevan pinturas representando a un animal característico del parque.
La habitual es bajar en la tercera parada, Hotel das Cataratas, dónde empieza el camino de observación de las cascadas. Desde aquí se caminan unos 1,5 km. por una senda con excelentes vistas. En el primer mirador, se aprecian las cataratas del lado argentino, específicamente de la Isla San Martin y los circuitos Superior e Inferior, además se pueden ver a las lanchas en el agua.
El paisaje es realmente majestuoso, con todo un frente de caídas de agua y el vapor que desprenden.
Seguimos la ruta por los diferentes miradores, desde donde se pueden ver las caídas de agua desde diferentes ángulos.
El final del recorrido nos lleva a la pasarela de la Garganta del Diablo para acercarnos a este impresionante salto.
La pasarela que se encuentra a una altura de unos 80 metros, te deja en un punto crítico excelente de visión de la caída de la garganta, en el que te ves envuelto en toda la magnitud de este maravilloso salto.
El vapor de agua de la Garganta del Diablo cubre la pasarela, nos deja empapados y enormemente emocionados. El espectáculo es grandioso, abrumador y ensordecedor. Uno siente la fuerza y la magia de la naturaleza en todo su esplendor.
Retrocedemos la pasarela y seguimos por Porto Canoas, donde un ascensor sube hasta una plataforma con un mirador desde el que se divisa, desde mayor altura, una nueva imagen de la majestuosa Garganta del Diablo.
En los miradores más altos se pueden descansar, comer alguna cosa, o tomar los elevadores para ir a la salida que nos devuelve a la carretera donde, a la derecha, están los colectivos que nos llevan de nuevo a la entrada del parque y de allí el bus para regresar a Puerto Iguazú.
Al llegar dimos un paseo por el centro de la localidad de Puerto Iguazú pero el lugar no ofrecía mucho atractivo: calles sin asfalar, viviendas descuidadas, tiendas de souvenirs y restaurantes. Para cenar repetimos en el restaurante La Toscana.
Al día siguiente cambiaríamos de destino. El tiempo no nos había favorecido pero, aun así, nos sentimos privilegiados de estar allí. Las cataratas de Iguazú es uno de los lugares del mundo al que ir, al menos una vez. No hay descripción que sea reflejo de esta maravilla.
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