CATARATAS DE IGUAZÚ (LADO ARGENTINO)
18:25INTRODUCCIÓN
El Parque Nacional de Iguazú es la frontera natural de Argentina, Brasil y es donde se ubica una de las grandes maravillas del mundo, con la que nos obsequia nuestro planeta: las cataratas de Iguazú, un sistema de 275 saltos de agua en plena selva, de los cuales el 80% se encuentran en el lado argentino y el 20 % en el lado brasileño.
La diferencia de ubicación de los parques ofrece diferentes experiencias y puntos de vista; desde el lado argentino se viven desde dentro, en su inmensidad, y desde el brasileño se obtienen unas impresionantes vistas panorámicas. Para poder apreciar toda la magnitud y belleza de las Cataratas del Iguazú, es necesario visitar ambos parques.
En 1984 y 1986 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad y en el año 2012 fueron elegidas como una de las "Siete maravillas naturales del mundo".
25 y 26 de octubre, 2016 . PUERTO IGUAZÚ (Argentina)
Nuestro vuelo, que debía salir a las 19:25 del aeropuerto de Buenos Aires, sufrió casi dos horas de retraso debido a un fuerte temporal en Iguazú y estuvo, a punto, de ser anulado. Afortunadamente, en todos los aeropuertos del país la wifi es libre y gratuita por la que espera no se nos hizo pesada.
Aterrizamos, en el Aeropuerto Internacional de las Cataratas del Iguazú (Argentina), a medianoche y un taxi (o remis) nos estaba esperando. Habíamos solicitado el servicio de transfer al hotel (300 pesos =18 €) y, en ese momento, lo agradecimos. El aeropuerto está situado a unos 20 km de la ciudad de Puerto Iguazú y nuestro hotel "Posada la Sorgente", estaba céntrico y bien situado. Es un alojamiento básico pero que cuenta con el restaurante La Toscana, excelente y recomendable, aunque no barato.
CATARATAS DE PUERTO IGUAZÚ
Al día siguiente, cuando nos levantamos había dejado de llover pero el cielo estaba muy gris y el pronóstico no era favorable.
Para llegar a las cataratas de Iguazú existe la posibilidad de contratar un remis, pactando la hora de ida y recogida, por unos 500 pesos ( 30€) o bien el transporte público que sale cada 15 minutos (65 pesos por tramo).
Como la terminal de omnibús (Av Córdoba, esquina Av Misiones) estaba ubicada a tan sólo dos cuadras de nuestro hotel, decidimos esta opción por considerar que nos daba mayor libertad y, tal como se presentó el día, fue una decisión acertada.
Hay varias compañías de bus, nosotros optamos por la empresa Uruguay que, en 15 minutos, nos dejó a la entrada del parque.
La entrada al parque cuesta 330 pesos (sólo se puede pagar en esa moneda, dentro si aceptan la Visa) y hay que presentar el pasaporte. El horario de permanencia es de 8:00 a 18:00 y se puede sellar la entrada, antes de salir del parque, para poder volver, al día siguiente, por la mitad de precio.
Una vez pasado el Centro de Visitante, te entregan un mapa y personal del parque informa de las posibles dudas y de las actividades que allí se realizan. Todo está muy bien señalizado y es muy fácil organizarse.
Próximo a la entrada se encuentra la Estación Central, donde un trenecito parte hasta la Estación Cataratas (desde la que se accede a los circuitos Superior e Inferior y al cruce a la Isla San Martín) y hasta la estación Garganta del Diablo (estación final).
En lugar de coger el trenecito, iniciamos la visita por el Sendero Verde, un pequeño recorrido de 655m que penetra en la selva, poco frecuentado y de fácil acceso, donde es posible ver aves, coatíes y monos. Pero no tuvimos suerte, ¡el tiempo no lucía para eso!.
El Sendero Verde termina en el andén ferroviario de la Estación Cataratas, desde donde se accede a los circuitos Superior e Inferior y al cruce a la Isla San Martín. Decidimos empezar por el Sendero Superior.
Sendero Superior
- Tiene 1,750 metros de longitud total.
- Es circular, partiendo y finalizando en la "estación Cataratas".
- Discurre por la parte alta de las cataratas de Iguazú, con fantásticos miradores panorámicos de varios de sus saltos de agua.
La primera parada la realizamos en el mirador de las Dos Hermanas y ya quedamos maravillados. No pensamos que lo que veríamos posteriormente, desde los diferentes miradores, aún nos impresionaría más. Seguimos el recorrido por los saltos Chico, Ramírez, Bossetti, Adán y Eva, para finalizar en el Salto San Martín.
Cuando la pasarela nos acercó al borde superior del Salto Bossetti, quedamos impactados por la fuerza del agua y el sonido que emitía.
Cerca del salto San Martín, la lluvia nos volvió a sorprender y, justo, nos dio tiempo a refugiarnos en una garita de información. El temporal empeoró y decidimos trasladarnos al restaurante del parque que estaba abarrotado de gente protegiéndose. Así permanecimos aproximadamente unas dos horas y el agua no parecía tener fin. Un guía nos comentó que, ese día, mucha gente acabó marchando sin acceder al parque.
Cuando, por fin, la tormenta empezó a amainar, decidimos proseguir el recorrido por el Sendero Inferior, no queríamos marchar sin completar nuestra visita por esta maravilla.
Sendero Inferior
- De 1700 metros de longitud de recorrido
- Es circular saliendo y acabando en la "estación de tren Cataratas".
- Permite disfrutar de las cataratas desde abajo.
- Da acceso al embarcadero desde donde salen los barcos que acercan a la Isla San Martín o al "paseo náutico" que literalmente te mete bajo las aguas del salto San Martín.
A través de un sistema de pasarelas y escalinatas y bordeando el río Iguazú, fuimos contemplando las distintas y sorprendentes vistas panorámicas y recorriendo varios saltos de agua, entre los que se destacan el salto Lanusse, el Álvar Núñez Cabeza de Vaca.
Hay la opción de realizar el " paseo náutico", con una barca que casi se mete debajo del salto San Martín. Una emocionante aventura que nos hubiera gustado pero, desafortunadamente, no teníamos tiempo si queríamos llegar hasta la Garganta del Diablo.
El salto Bosetti, marca el final del recorrido. Esta vez, la pasarela se sitúa al pie del enorme murallón de agua que cae con fuerza y con gran estrépito. Es emocionante sentirla tan cerca, aunque apenas pudimos fotografiar, por miedo a que se estropearan las cámaras. El agua caía de arriba y subía de abajo.
La Garganta del Diablo
- Se desciende del tren en la Estación Garganta del Diablo" (se llega desde la estación Central o la estación Cataratas).
- Una pasarela de 1100 metros de longitud te lleva hasta el mayor salto de agua de las cataratas de Iguazú.
- No es una ruta circular, se va y se vuelve por la misma pasarela.
- Aconsejan visitarla por la tarde porque la luz es mejor y no hay tanta gente.
Había dejado de llover cuando regresamos a la estación Cataratas y tomamos el trenecito para llegar a la "Estación Garganta del Diablo", desde donde parte el circuito con un sistema de pasarelas de aluminio (bastante resbaladizas), que atraviesa el río Iguazú, para finalizar en el balcón desde el que se contempla este maravilloso salto.
Durante el recorrido es fácil ver a los coatíes, que dan vueltas por los sectores, donde están los turistas, en busca de comida y hay que vigilar porque se aprovechan de un descuido para robar de las mochilas.
También se ven pájaros exóticos y mariposas.
El circuito termina en el balcón de la famosa Garganta del Diablo, la mayor atracción natural del Parque Nacional Iguazú y una de las excursiones imperdibles para conocer verdaderamente las famosas cataratas. Varias ramificaciones del río confluyen en un gigantesco pozo, lo cual provoca una caída violenta de gran caudal de agua desde una altura de casi 80 metros.
La enorme muralla de agua establece la frontera argentina y brasileña, dejando caer cerca de 3 millones de libros cúbicos de agua, por minuto. Este enorme caudal, que estalla sobre las rocas, crea densas nubes de vapor y un ruido tan ensordecedor que se divisa y se oye a varios kilómetros de distancia.
Es un lugar impresionante, donde sientes la fuerza de la naturaleza en su estado más puro. No hay que acercarse mucho al borde de la pasarela, para acabar empapados, y eso que está por encima del nivel del salto, únicamente procuramos proteger las cámaras y limpiar continuamente los objetivo pero no hay descripción ni imagen que represente lo que en realidad es estar allí, frente a esta maravilla.
¡Una experiencia increíble y única!
Era tal el entusiasmo, que nos quedamos solos en la pasarela hasta que un guía nos vino a buscar y nos anunció su cierre. ¡Menos mal que siempre controlan que no se quede nadie!, nos hubiéramos podido quedar allí toda la noche.
Subimos al último tren que regresaba a la Estación Central y desde allí tomamos el bus de regreso a Puerto Iguazú.
Al no habernos comprometido con ningún remis, pudimos aprovechar el tiempo hasta el último momento. A pesar de la lluvia, realizamos los principales circuitos y nos fuimos felices de haber conocido un lugar, que tiene bien merecido, el ser considerado como una de las Siete Maravillas Naturales del Mundo.
Llegamos a tiempo para reservar mesa en el restaurante La Toscana y, por hospedarnos en el hotel, nos hicieron un 10 % de descuento. Una cena estupenda, con la que terminamos bien el día.
2 comentarios
Pilar como me alegro que lo pasaras muy bien junto a tu esposo. Las fotos son maravillosas y la explicación muy buena.Las cataras muy caudalosas y éso aumenta la belleza de la fotografía. Muy buena reportera. Un abrazo
ResponderEliminarmuy bueno
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