6. KORAKUEN (OKAYAMA) Y DOTOMBORI (OSAKA)

22:03



Después de acercarnos hasta la base del torii en Miyajima, embarcamos en el ferry y continuamos en tren hasta Hiroshima. A las 10:59, tomamos de nuevo un tren con dirección a Osaka pero, antes de llegar, paramos en la ciudad de Okayama para visitar uno de los tres jardines más famosos de Japón. Por la noche, ya en Osaka, nos acercamos a la ambientada zona de Dotombori.






OKAYAMA / KORAKUEN (12 de octubre, 2017)

Al llegar a Okayama, dejamos las maletas en consigna y tomamos el autobús nº 18, de la parada 1 situada justo al salir de la estación. El billete nos costó 100 yenes.


El autobús nos dejó justo delante de la puerta principal de los jardines de Korakuen. 

Los jardines de Korakuen fueron construidos por orden del daimyo (señor feudal) Ikeda Tsunamasa, a finales del siglo XVII, como lugar de recreo para su familia e invitados y no fue hasta finales del siglo XIX, cuando se abolió el sistema feudal, que la propiedad fue transferida al gobierno de la zona y se abrió al público, siendo considerado como uno de los más famosos jardines de Japón desde el período Edo.

Tras pagar la entrada de 400 yenes, nos dieron un plano del parque con un circuito y la explicación de cada uno de los lugares por los que iríamos pasando.

Es una zona extensa y muy tranquila, para ser recorrida con calma. El jardín fue el primero en incorporar grandes praderas en Japón y está dividido en tres secciones. Un arroyo lo recorre en forma de zig zag y el sendero conecta con estanques, colinas, puentecillos, casas de té, pequeños santuarios, campos de tierra cultivable, plantaciones de té, pequeños bosques de bambú, arces, cerezos,... adaptándose todo en perfecto equilibrio con el entorno.


Campo de té.


En el centro del jardín, el lago Sawa-no-ike  tiene varias islas y, entre sus aguas, decenas de carpas japonesas.




Una de las mejores perspectivas del parque se obtienen atravesando un pequeño puente que hay en la orilla del lago y subiendo la pequeña colina Yuishinzan, que fue un añadida por el hijo del daimyo para cambiar el aspecto plano de los jardines.






Alrededor del lago se localizan varias casas de té en perfecta armonía con el jardín, que fueron construidas por cada uno de los sucesores señores feudales. Enyo-tei, es una casa de té que fue diseñada para recibir al daimyo cuando lo visitaba y otra muy curiosa es Ryuten, atravesada por un riachuelo en donde el daimyo descansaba remojándose los pies.







Pasear por este jardín es muy agradable, todo está muy bien cuidado aunque octubre no es la mejor época para visitarlo. No pudimos disfrutar de los cerezos que ocupan una zona, ni de las flores y los lotos de los estanques, también era un poco pronto para ver las hojas de arce teñidas de rojo pero, a pesar de todo, vale la pena visitar.


Tras cruzar el puente Tsukimi, al que se accede por la puerta sur del jardín, se llega al castillo de Okayama que, por los laterales del parque,  habíamos visto incorporado en el paisaje.

Es un edificio imponente y singular, apodado Del Cuervo por el color negro de sus muros.  Fue construido en el siglo XVII pero, a raíz de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, quedó casi destruido y el que vemos es una réplica de 1960. No lo visitamos por dentro porque habíamos leído que no era muy aconsejable y así nos lo confirmaron una pareja que conocimos en el trayecto.








Durante nuestra visita coincidimos con la ceremonia de unos jóvenes japoneses.




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Curioso el peinado y el tocado de la novia.





OSAKA

Cuando terminamos de ver el jardín de Okayama, regresamos a la estación con el mismo autobús, recogimos las maletas y nos incorporamos al tren, de las 14.46 h, hasta la estación de Shin-Osaka, en donde habíamos reservado alojamiento para dos noches, en el Hotel Mystays.  Elegimos la ubicación de esta zona que, aunque no es céntrica para visitar Osaka, es muy estratégica para moverse por todos los alrededores puesto que cuenta con estupendas conexiones: las líneas JR regulares,  el shinkansen y  la línea de metro Midosuji.

Desde la habitación teníamos una buena vista pero era tan pequeña que apenas cabían las maletas y habían los pijamas que incluyen muchos hoteles de negocios japoneses. El desayuno excelente.

Antes de terminar el día decidimos ir a cenar al animado distrito de Namba y conocer el ambiente de nocturno de la calle Dotombori, de la que tanto habíamos oído hablar.  Preguntamos cómo llegar en el hotel y nos aconsejaron el metro que se encontraba justo al lado. Nos dieron un plano y nos señalaron la línea roja, de la M13 hasta la M20. Llegamos en 20 min. La tarifa 270 yenes.

Salir de la estación de Namba e introducirse en el barullo fue todo uno, contrastaba mucho con lo que hasta entonces habíamos visto en nuestra ruta por Japón y nada que ver con la tranquila Kioto. Calles repletas de bares, restaurantes, teatros, tiendas, discotecas, karaokes, love hotels, locales de alterne y todo lo relacionado con el mundo de la noche. 


Dotombori, que transcurre a lo largo del canal del mismo nombre,  es la calle más popular y el centro neurálgico de la loca noche osakeña. Se caracteriza por su atmósfera excéntrica y sus inmensos carteles de neón y pantallas de televisión. En el canal hay  embarcaciones turísticas que lo recorren.





El puente Ebisu-bashi es uno de los puntos más atractivos, donde se agrupan una gran cantidad de anuncios luminosos.


Entre los puentes de Dotonbori y Ebisu-bashi, enseguida se ve el famoso cartel de Glico Man que sobresale con vistas al canal y que es, sin duda, uno de los símbolos de Dotombori y de Osaka. 


Glico Man representa a un atleta con los brazos en señal triunfal y con una camiseta en la que se lee el nombre de la marca Glico en katakana. Es un anuncio de la empresa Ezaki Glico, establecida en 1922, una de las más emblemáticas de Japón y famosa internacionalmente por los productos Pocky (los conocidos Mikado en España y distribuidos por Lu).

La señal tiene 33m de altura, utiliza 140.000 luces leds y está siempre iluminada, de las 6 pm hasta la medianoche.


El nombre del personaje viene porque en 1919, Riichi Ezaki creó un caramelo que contenía glucógeno extraído de la ostra yque  se llamaba "Glico" .


Paseamos por las animadas calles, rodeados con anuncios de neón que anunciaban los diferentes negocios, especialmente de restaurantes.


Fachadas con anuncios multitud de comidas típicas, como el pulpo, el cangrejo, .... Uno muy curioso es el que anuncia el venenoso pez globo, el pez más caro del mundo y uno de los platos favoritos japoneses. Los menús de degustación que se ofrecen en la cadena de Genpin fugu, pueden llegar a los 90 euros por persona. Su preparación y manejo exigen un chef con una dura disciplina aprendida durante tres años y disponer de una licencia consecuente pero, como el riesgo cero nunca existe, no nos sedujo probarlo. Este pez tiene una toxina que dicen puede producir asfixia, el caso más reciente que se conoce es de octubre de 2014, en que once miembros de una misma familia brasileña ingresaron en estado crítico después de cocinar y comerse un pez globo.



Decidimos probar  los típicos buñuelos de la región, una bolas de harina y trozos de pulpo, que elaboraban al momento y estaban deliciosos.







Spiderman anunciando un restaurante con la famosa carne de kobe.
Anuncio de Gyosas gigantes, las típicas empanadillas japonesas




Galerías con tiendas abarrotadas de artículos y consumo desenfrenado. 

Clubs nocturnos.

Teatros

Y mucho ambiente en las calles.



El típico cangrejo de Kani Dorakuy  estaba anunciado con un gran cartel y, antes de llegar a Dotombori,  ya nos habíamos decidimos probarlo.
Cenamos el cangrejo y carne de kobe. Productos de buena calidad y, aunque un poco caro para las cantidades que ponían,  no podemos negar que  todo estaba buenísimo.

CONTINUAR:

7. OSAKA


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