LA PROVENZA - RUTA DE LA LAVANDA
21:12La Provenza - Ruta de la lavanda (Junio 2007)
Si te gustan los campos de flores, pueblitos pintorescos con casas de piedra, hiedra y postigos de madera, pequeñas iglesias, establecimientos decorados con encanto y rincones cálidos, románticos y acogedores, la Provenza francesa te seducirá.
En primavera, grandes extensiones de lavanda tiñen los valles de lila y violeta de esta bella región, creando un paisaje único, difícil de olvidar.
Fue, hace ya varios años, cuando pasamos unos días allí, explorando la zona y volviendo enamorados de esta bonita región francesa. Ahora, al buscar información de la ruta que recorrimos para mi amiga Montse, que está planeando ir próximamente, me ha invadido la nostalgia y las ganas de regresar.
La época de la floración de la lavanda es de mediados de junio a mediados de julio. En nuestra visita en el mes de junio, encontramos zonas en las que las plantaciones no estaban en su mayor apogeo y, sin embargo, en otras, aparecían majestuosamente de forma inesperada.
Pero si no tienes la posibilidad de ir en ese período, desde finales de abril a principios de mayo, en algunos pueblos de la ruta de la lavanda, también se puede asistir al esplendoroso espectáculo de la floración de los tulipanes (nosotros esto todavía lo tenemos pendiente). Dicen que en la pequeña localidad de Lurs (a un paso de Manosque y de Forcalquier) se cultivan 30 hectáreas de esta bella flor que después serán exportadas a Holanda. De todas formas, la zona merece una visita.
Para conocer las zonas de la lavanda, hay varias rutas, puedes informarte aquí:
http://www.la-provenza.es/la-ruta-de-la-lavanda
Nosotros, viniendo de la Junquera, nos introducimos por la zona de Gorges de la Nesque, una garganta a 625 metros de altura, tallada por el río Nesque, en las montañas de Vaucluse. Desde allí, las vistas eran impresionantes.
El sitio está incluido en la "Reserva de la
Biosfera" del Mont Ventoux (monte ventoso), cuya cima, que está compuesta de piedra caliza blanca sin ningún tipo de vegetación, de lejos da la impresión de estar nevada todo el año.
Sault es un pueblecito encantador que, al igual que
muchos en la región, se alza encima de una colina a 766 m. Su
iglesia parroquial Notre Dame de la Tour (siglo XII) , está clasificada
Monumento Histórico.
Sus establecimientos tienen mucho encanto. En
la Maison Boyer, maestro pastelero reconocido desde hace cuatro generaciones
(1887), se pueden degustar los mejores pastelitos, macarrones, los típicos caramelos "de rayas" llamados berlingots y el mejor turrón
de toda la región, compuesto de miel de lavanda y realizado con recetas
tradicionales guardadas celosamente en secreto.
Desde Sault empezamos a movernos por los cercanos campos de Trinit, St. Christol d'Albiol y, enseguida, descubrimos los sembrados de lavandas mezclados con los de trigo, girasoles, ....en un bonito contraste de colores.
En medio de las plantaciones, hay antiguas
casitas de piedra conocidas como "buries", que son parte del paisaje
de esta región.
St. Trinit, es una pequeña localidad con algunas fachadas de piedra y bonitos portones de madera.
Al día siguiente nos dirigimos a Apt, la entrada norte del Parque Natural Regional del Luberol. Apt es una ciudad antigua, típica de la región, con una plaza mayor con fuentes, plátanos y espacios para jugar a la petanca. Los sábados se monta un mercadillo con gran variedad de golosinas provenzales. En el corazón del casco antiguo se encuentra la Cathédrale Ste-Anne, de origen medieval, que conserva un velo de Santa Ana traído de Palestina, en el siglo III, según la leyenda.
En los alrededores de Apt hay también plantaciones de lavanda.
A 10 km de Apt se encuentra el pueblo de Rustrel, con bellos rincones.
Rustrel es conocido
sobretodo por el llamado Colorado Provenzal, un sitio excepcional por la
belleza de sus paisajes insólitos, resultado de la erosión del río Dôa en
una antigua cantera de ocre de múltiple colores, que fue explotada desde
finales del siglo XVII hasta el año 1992, y que llama la atención por los
tolmos de raras formas llamados las Cheminées de Fées (las chimeneas de hadas).
En el Colorado Provenzal se ha
acondicionado un recorrido de 15 kilómetros con varios senderos. Atravesando el camino denominado “Sahara”
o desierto blanco llegamos al « Circo de Bouvène » y después las
famosas Chimeneas de hadas.
En los campos que rodean a Rustrel siguen las extensiones de lavanda.
De vuelta a Apt nos vamos para Gordes, donde visitamos la abadía de Senanque, un monasterio cisterciense del año 1148, que con las guerras de religión fue devastado y reconstruido de nuevo en el año 1854 por los mismos monjes de la congregación que aún lo habitan y se dedican al cultivo de la lavanda y de otras plantas medicinales, y viven del comercio de las mismas.
Es un placer hacer un alto en el camino y detenerse aquí, entre los campos de hermoso colorido pegados a los muros de la abadía.
Gordes es el pueblo más visitado del Parque Natural Regional del Luberon. La inmensa fortaleza de su castillo domina las colinas de Vaucluse, a 370 m de altitud. Asediado durante las guerras de religión, más tarde, fue un importante lugar de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial y sus habitantes tuvieron que sufrir la ocupación alemana.
En ruta, de regreso a Apt, visitamos la localidad de Roussillon incluida dentro de la asociación Los Pueblos Más Bonitos de Francia (Les Plus Beaux Villages de France). Su primitiva Iglesia de San Miguel, dentro de las fortificaciones, se remonta al siglo XI .
Junto a los bosques contiguos a la villa de Roussillon, hay un recorrido denominado Le Sentier des Ocres, o Sendero de los Ocres, en el que se pueden encontrar 17 matices del material del ocre, que van desde el blanco dorado hasta el rojo púrpura, pasando por el amarillo claro, el amarillo azafrán o el terracota, entre otros. Estos pigmentos están formados por arena arcillosa y óxido de hierro. Desde finales del siglo VIII hasta la irrupción de los colores sintéticos, el municipio disfrutó de un acuerdo comercial para llevar sus pigmentos a Oriente.
Al tercer día nos desplazamos por el departamento de Alpes de Alta Provenza, en el distrito de Gréoux-les-Bains y el cantón de Valensole. Esta ruta discurre entre bellos pueblos como Valensole, donde vimos las más inmensas extensiones de lavanda.
El color violeta se extiende hasta el infinito y con el ondear del viento semejan las olas del mar.
El aroma de lavanda lo invade todo y son un reclamo para una gran cantidad de abejas, que pululan alrededor de las flores, con un sonido que impresiona, aunque acabas dándote cuenta que van a lo suyo y puedes pasar tranquilamente entre los surcos.
Luego los apicultores extraerán las más apreciada miel.
La lavanda es una planta originaria del Mediterráneo, que además del aroma exquisito de sus flores se utiliza mucho en perfumería y en droguería. También en herboristería despliega sus virtudes cicatrizantes, desinfectantes, sedantes, analgésicas, diuréticas y antirreumáticas.
Pero su aroma y su sabor también llena la cocina provenzal aupándola al primer escalón de la gastronomía mundial. Podrás disfrutar de muchos platos típicos y de una cocina simple que utiliza alimentos frescos y locales con abundante cantidad en el uso de hierbas mediterráneas como la albahaca, el orégano, el perejil, el romero y el tomillo. ¿Qué te parece un buen solomillo con salsa de miel y aroma de la Provenza?.
Para llegar a Gorges du Verdon se atraviesa Moustiers St Marie, un pintoresco pueblecito emplazado al borde de un precipicio y bajo abruptas rocas. En pleno centro está la iglesia parroquial pero un empinado sendero, lleno de curvas, lleva a la capilla de Notre-Dame-de Beauvoir, del siglo XII, desde donde se obtienen unas magníficas vistas de las Gorges.
De Moustiers-Sainte-Marie entramos al maravilloso
cañón de les Gorges de Verdon y el lago de St. Croix, famoso por su ubicación y
su belleza, y que se encuentra suspendido entre las dos caras del acantilado.
Aunque es un lugar muy turístico, no te va a decepcionar. Ves con tiempo, prepara un picnic y dispuesta a pasar, al menos, un buen rato.
Embriagados por el paisaje llegamos hasta Trigance, Bedion y de nuevo regresamos a Valensole.
Valensole es el centro de espliego más importante de Francia. Por todas partes se ven indicaciones de cómo comprar la miel, hay un museo que explica la vida de las abejas y en verano se pueden visitar los panales y ver trabajar a los colmeneros.
Por la tarde, de Valensole retornamos la carretera hacia Manosque y, después de 10 min serpenteando a lo largo del valle, de repente, vimos los campos de lavanda más fantásticos de toda la ruta.
Un verdadero espectáculo para los sentidos, con campos inmensos de una increíble belleza y que aparecen en todas las postales de la Provenza..
Una vez más, sentimos la satisfacción de conocer un lugar privilegiado por sus paisajes, sus pueblos medievales y su gastronomía.
Fuente de inspiración de artistas impresionistas, cubistas y fauvistas como Cézanne, Van Gogh, Gauguin, que supieron plasmar con sus pinceles la luminosidad y el color de una de las regiones más bellas de Francia.
El Corso (desfile) de la Lavande de Valreas, a principios de agosto
La Fiesta de la lavanda de Sault, el 15 de agosto
La Fiesta de la lavanda de Ferrassières, el primer domingo de julio
La Fiesta de la lavanda de Laborel, el tercer domingo de agosto
“Montelimar Couleur Lavande” a mediados de julio.
También hay ferias, como la Feria de Digne-les-Bains, a finales de agosto.
Puedes ver más en: http://www.la-provenza.es/campos-de-lavanda#sthash.xc9j8iXp.dpufLa Fiesta de la lavanda de Sault, el 15 de agosto
La Fiesta de la lavanda de Ferrassières, el primer domingo de julio
La Fiesta de la lavanda de Laborel, el tercer domingo de agosto
“Montelimar Couleur Lavande” a mediados de julio.
También hay ferias, como la Feria de Digne-les-Bains, a finales de agosto.
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